“Llegué a mi casa y la señora que trabaja nos desvalijó, y lo más triste es que se llevó a mi perro. Es mi vida, por favor, ayúdenme. Se llama Pocho, tiene siete años. La empleada responde al nombre de Elva. Solo quiero a mi perro”.

Astrid está desesperada, no para de llorar y ese fue el primer posteo que escribió en redes sociales cuando llegó a su casa y se encontró con la dramática sorpresa: su empleada, que convivía con su familia desde hacía cuatro meses, se había llevado todos los objetos de valor. Pero lo peor fue cuando comprobó que también se había llevado a ese perrito que tanto ama y extraña tremendamente.

La imagen de la mujer saliendo del edificio quedó registrada en las cámaras de seguridad.

Astrid había contratado a esta empleada por medio de una agencia. Parecía todo normal. Tenía antecedentes y documentación.

Aparentemente, la agencia llamó a los contactos que acreditaban que esta persona había trabajado en sus casas. El DNI parecía estar en regla, pero era toda una puesta en escena. Cuando “Elva” desapareció, también desaparecieron sus “contactos”. Su documento estaba adulterado y, para peor, esta persona ya había hecho lo mismo en, por lo menos, otros tres hogares en los últimos cuatro años.

Apenas subió su primer posteo con la imagen de Pocho y la foto de la ladrona, Astrid comenzó a recibir mensajes de otras familias que habían vivido la misma historia con la misma mujer. En algunos casos habían hecho la denuncia y en otros no, por temor.

Astrid no quiere dar la cara por miedo. Esta mujer conoce cada movimiento de sus hijos. No quiere que le devuelva todo lo de valor que se llevó, solo quiere a Pocho. Para ella, este perro es como un hijo más. Inclusive, confiesa que la ha ayudado a recuperarse de un problema de salud que viene arrastrando desde hace tiempo.

La primera investigación policial dio como resultado que la estafadora es ciudadana paraguaya y tiene pedido de captura de Interpol. A pesar de esto, logró ser tomada por la agencia y trabajar en la casa de Astrid.

Durante cuatro meses fue estudiando a la familia y cuando llegó el momento, dio el golpe. Esa tarde, Astrid y su marido se fueron a la fiesta de graduación de su hija. La dejaron sola cerca de tres horas, y ese fue el momento que aprovechó para robar y fugarse.

Evidentemente, no trabaja sola y tiene cómplices detrás. De todos modos, aunque se están haciendo operativos en distintas zonas del conurbano, hasta ahora la policía no logró capturarla.

Según la documentación paraguaya que pudieron conseguir los investigadores después de comparar el rostro de la mujer con el registro de antecedentes, el verdadero nombre de esta persona es Alicia Ledezma. En su falso DNI argentino figura como Elva María Vargas.