Manuel Adorni, vocero presidencial del Gobierno de Javier Milei, ha generado una fuerte polémica en el ámbito periodístico tras anunciar cambios en la modalidad de las conferencias de prensa en Casa Rosada. Su propuesta y actitud ha sido duramente criticada por intentar limitar la participación de periodistas críticos. A pesar de las críticas, el vocero avanzó en sus cruces con la prensa y a través de su cuenta de X, Adorni publicó un ranking con las preguntas realizadas por los acreditados en Casa Rosada desde enero de 2024, destacando que solo diez periodistas hicieron el 56,7% de las preguntas. Acompañado por el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, el vocero sugirió que buscaría "ordenar" la dinámica de las conferencias, lo que para muchos significa un intento de censura encubierta.
Un curioso ranking
El vocero presidencial publicó en redes sociales un curioso ranking sobre las preguntas que los acreditados en Casa Rosada le realizaron desde enero de 2024 hasta hoy. En su texto, indicó que de los 90 periodistas de Casa Rosada, solo 10 hicieron el 56,7% del total de las preguntas en conferencia de prensa.
"Pronto lograremos que todos tengan su oportunidad. Fin", agregó a través de su usuario de X. Javier Lanari, subsecretario de Prensa de la Secretaría de Comunicación y Medios de Presidencia, también apoyó la publicación: "Primero los datos".
Un intento de silenciar las voces críticas
Entre las modificaciones propuestas, Adorni anunció la implementación de un botón silenciador para evitar el diálogo entre periodistas y el funcionario después de que se realice una pregunta. Bajo el argumento de que "lo importante es la información, no el ida y vuelta con el periodismo", el vocero busca restringir la capacidad de repreguntar, un elemento fundamental para el ejercicio del periodismo libre e independiente.
Este planteo ha despertado preocupación en diversos sectores, ya que limita la posibilidad de que los periodistas confronten al Gobierno con cuestionamientos incómodos. Para muchos, esto representa una estrategia de censura selectiva, donde solo se permitiría la participación de medios afines al oficialismo, restringiendo el acceso a la información pública de manera transparente.
La incorporación de "influencers"
Otro punto que generó controversia es la posibilidad de incorporar "influencers" a las conferencias de prensa siguiendo el modelo de Estados Unidos. Según Adorni, su objetivo es que "la gente se sienta representada", abriendo la posibilidad de que la ciudadanía elija quiénes pueden participar de estos encuentros. Sin embargo, este planteo genera dudas sobre la independencia de los comunicadores que serían seleccionados, ya que muchos de estos influencers tienen posturas claramente alineadas con el Gobierno.
Para varios analistas, esta iniciativa busca construir una narrativa oficial sin fisuras, asegurándose de que las preguntas sean favorables a la gestión de Milei. En este contexto, la libertad de prensa queda en entredicho, ya que los periodistas críticos podrían ser desplazados en favor de voces que no cuestionen al Gobierno.
El principal cuestionamiento en las conferencias: la manipulación de la opinión pública
La concentración del control de la información en la Secretaría de Comunicación y Medios, bajo el mando de Adorni, genera preocupación sobre el manejo de la opinión pública. Con el reciente agregado de la Subsecretaría de Prensa y el control de múltiples direcciones nacionales y generales, el vocero presidencial tiene una estructura poderosa para influir en el relato oficial y filtrar la información que se difunde.
La estrategia del Gobierno de Milei parece orientada a restringir la pluralidad de voces en las conferencias de prensa y garantizar que solo los medios afines puedan acceder a información de primera mano. Esta dinámica no solo atenta contra la libertad de prensa, sino que además contribuye a la desinformación, afectando directamente el derecho del público a recibir información veraz y contrastada.