En el marco de intensas negociaciones entre el Gobierno argentino y los gremios aeronáuticos, la Casa Rosada ha intensificado la presión para avanzar en la privatización de Aerolíneas Argentinas. Este tema no solo está en el centro del debate, sino que también impacta a millones de argentinos que subsidian el funcionamiento de esta aerolínea estatal.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha sido claro en su mensaje: "No se va a admitir continuar con la situación actual". Según Francos, el alto costo de mantener Aerolíneas Argentinas, subsidiado con fondos públicos, es insostenible. En 3, la compañía recibió alrededor de 700 millones de dólares en subsidios, un que afecta a cada contribuyente argentino. "Es injusto que el 98% de los argentinos subsidie a los pocos que usan la aerolínea", enfatizó Francos, destacando la necesidad de un equilibrio fiscal en un contexto económico crítico.
Control de empleados o privatización
Durante las negociaciones, el Gobierno ha ofrecido a los empleados la opción de tomar control de la aerolínea. Francos afirmó: "Si los empleados, les entregamos la compañía; de lo contrario, vamos a avanzar hacia la privatización". Este enfoque señala un cambio radical en la gestión y el funcionamiento de Aerolíneas Argentinas, lo que podría tener un impacto significativo en el empleo y las condiciones laborales dentro de la empresa.
En tanto, envió un mensaje tajante a la oposición y los gremios: "Si el Congreso no hace la privatización, el Presidente ha sido muy preciso también en esto: vamos a terminar con la compañía, con Aerolíneas Argentinas".
Con relación a las quejas por ajustes salariales, Francos reconoció que los sueldos de los empleados públicos, incluidos los de Aerolíneas Argentinas, se han visto afectados debido a la falta de recursos. En los últimos días, gremios aeronáuticos tomaron medidas de fuerza que afectaron directamente a los usuarios.
La resistencia de los gremios y su relación con la opinión pública
Los gremios aeronáuticos, como la Asociación de Pilotos de Lí Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavengantes (AAA), han tomado medidas de en protesta por ajustes salariales. Sin embargo, Francos ha señalado que la opinión pública ahora se inclina en contra de las acciones de los gremios. "Hubo un cambio en el apoyo popular hacia la aerolínea, y ahora los dirigentes gremiales están dispuestos a aceptar modificaciones en sus condiciones laborales", comentó, sugiriendo que la presión social está influenciando las decisiones dentro del sector.
Optimismo
A pesar de las tensiones, Francos se mostró optimista respecto a la gestión económica del presidente Javier Milei. Resaltó mejoras en la y la actividad industrial, indicando que el próximo año podría ser aún mejor para el país. Este optimismo se contrapone con la situación actual de Aerolíneas Argentinas, en la que la necesidad de cambios estructurales se vuelve más urgente.
Un futuro incierto para Aerolíneas Argentinas
La situación de Aerolíneas Argentinas refleja una encrucijada en la que el Gobierno debe decidir entre la privatización o un modelo de gestión basado en el control de los empleados. La presión económica y la opinión pública jugarán un papel crucial en la toma de decisiones. Con las negociaciones programadas para continuar, el futuro de la aerolínea, y por extensión del transporte aéreo en Argentina, está en manos de las partes involucradas y de la respuesta social ante los cambios.
Este tema no solo afecta a los pasajeros y empleados de Aerolíneas Argentinas, sino que también toca fibras sensibles en la economía del país. La privatización podría ser la solución a un problema económico crónico, pero también podría acarrear consecuencias para la fuerza laboral y para la conectividad aérea en Argentina.