La designación de Pablo Quirno como nuevo ministro de Relaciones Exteriores marca un nuevo giro en la estructura del gabinete de Javier Milei, al consolidar la influencia del equipo económico y, en particular, la de Santiago Caputo, asesor y estratega político del Presidente.
El nombramiento se produce tras la renuncia de Gerardo Werthein, quien dejó su cargo luego de una fuerte discusión con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y de un prolongado conflicto con el propio Caputo.
La Oficina del Presidente confirmó la salida de Werthein y la llegada de Quirno a través de un comunicado oficial, en el que destacó su rol como "pieza fundamental de la construcción del milagro argentino" y señaló la intención del mandatario de profundizar el vínculo entre la Cancillería y el Ministerio de Economía.
El texto también subrayó que el flamante canciller pondrá el foco en "abrir la Argentina al mundo", impulsando acuerdos comerciales y fortaleciendo los lazos entre los mercados internacionales y los productores argentinos, una línea de acción clave para las provincias exportadoras, entre ellas Catamarca, que busca posicionarse en el mercado global del litio y otras economías regionales.
Un nombramiento con respaldo político
La llegada de Quirno al Palacio San Martín no responde únicamente a una lógica técnica. Según fuentes oficiales, su desembarco fue impulsado por el ministro de Economía, Luis Caputo, con el aval directo de Santiago Caputo, quien busca afianzar una red de aliados en áreas estratégicas del Estado.
Considerado un hombre de confianza de ambos Caputo, Quirno mantiene una relación de larga data con el ministro y el asesor presidencial. Además de su rol en el equipo económico, participa en espacios vinculados al oficialismo como Carajo Stream, el canal de streaming libertario cercano al entorno de Santiago Caputo, y suele portar el pin de Las Fuerzas del Cielo, agrupación juvenil identificada con el proyecto mileísta.
El avance de Santiago Caputo
El ascenso de Quirno se inscribe en un proceso más amplio: la expansión del poder interno de Santiago Caputo, quien ganó influencia en distintas áreas del Gobierno y ahora busca un lugar formal dentro del gabinete.
El estratega ya tiene injerencia en organismos sensibles, como la Secretaría de Inteligencia (SIDE), la agencia de privatizaciones, el área de comunicación de YPF, sectores de Justicia y parte del equipo de Salud. Su avance se produce en paralelo a una creciente disputa con el sector de Karina Milei, que busca preservar su peso político dentro de la Casa Rosada.
La renuncia de Werthein fue una muestra visible de esa interna. El excanciller mantenía diferencias con Caputo por el manejo de la relación con Estados Unidos, un vínculo que el asesor presidencial había comenzado a coordinar de manera paralela. La ruptura definitiva se produjo cuando Milei dejó abierta la posibilidad de que Caputo asuma un cargo formal en el gabinete.
Reconfiguración del poder en Balcarce 50
Dentro de la Casa Rosada, el movimiento es leído como una nueva etapa del gobierno de Milei, marcada por la consolidación del círculo más cercano al Presidente. Con Quirno al frente de la Cancillería y el eventual ingreso de Caputo al gabinete, el asesor se posiciona como articulador político y económico del oficialismo.
En este contexto, Santiago Caputo deja de operar desde las sombras para transformarse en una figura visible del esquema de poder que rodea al Presidente, un reordenamiento que podría impactar en la relación del Ejecutivo con las provincias —entre ellas Catamarca, que mantiene diálogo con Nación en temas productivos y de comercio exterior— y con los distintos sectores internos de La Libertad Avanza.