El Gobierno busca militarizar zonas claves ante posibles amenazas terroristas
Lo pueden hacer en el marco del decreto que salió la semana pasada que le da la potestad al Ejecutivo de designar objetivos estratégicos para que las Fuerzas Armadas los custodien.

La reciente iniciativa del Gobierno de declarar Vaca Muerta, las centrales nucleares Atucha I y II, Embalse, y diversas represas como zonas militarizadas ha generado un amplio debate en el país. Esta medida, impulsada por decreto, busca proteger objetivos estratégicos mediante la custodia de las Fuerzas Armadas y se enmarca en un contexto de crecientes preocupaciones de seguridad nacional.

¿Qué implica la militarización de estas zonas?

El decreto aprobado recientemente otorga al Ejecutivo la facultad de designar ciertos lugares como objetivos estratégicos bajo la protección de las Fuerzas Armadas. Entre los sitios seleccionados se encuentran Vaca Muerta, una de las reservas de gas y petróleo no convencionales más importantes del mundo, y las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse, pilares clave de la matriz energética del país. Además, también se incluyen represas hidroeléctricas, que cumplen un rol esencial en el suministro de energía.

La militarización de estas áreas tiene como objetivo garantizar su seguridad frente a amenazas externas no estatales, como el narcotráfico internacional y potenciales ataques terroristas. Según informó el Gobierno, esta acción forma parte de una estrategia más amplia para proteger recursos e infraestructura críticos para el desarrollo del país.

Una respuesta a amenazas internacionales

El contexto internacional también influye en esta medida. El Gobierno, encabezado por el presidente Javier Milei, considera que existe el riesgo de que organizaciones terroristas vinculadas a Irán, entre otros actores internacionales, comiencen a operar en Argentina. De hecho, el mandatario ha recibido amenazas directas desde Irán, lo que ha llevado a fortalecer la cooperación con agencias internacionales como la CIA y el Mossad.

Además de la protección de infraestructura crítica, el decreto también establece que las Fuerzas Armadas podrán actuar contra enemigos externos dentro del territorio nacional. Esto incluye operativos contra carteles de narcotráfico internacional que buscan establecerse en el país.

Cooperación militar con Israel y Estados Unidos

En el marco de esta iniciativa, el Gobierno ha intensificado los acuerdos de cooperación militar con Israel y Estados Unidos. Estos acuerdos incluyen intercambio de inteligencia, operativos conjuntos y adquisición de armamento. Por ejemplo, el ministro de Defensa, Luis Petri, ha realizado compras de armas en Israel, fortaleciendo las capacidades de las Fuerzas Armadas argentinas.

Esta colaboración también responde a la creciente amenaza del narcotráfico, un problema que trasciende fronteras y que requiere estrategias integrales y coordinadas a nivel internacional. La militarización de zonas clave es vista como una herramienta para enfrentar este desafío de manera más efectiva.

Controversias y divisiones internas

A pesar de los argumentos a favor de esta medida, la iniciativa no cuenta con una adhesión unánime dentro del propio Gobierno ni en las Fuerzas Armadas. La vicepresidenta Victoria Villarruel, por ejemplo, se ha manifestado en contra de la militarización de estas zonas, lo que pone de manifiesto tensiones internas en la administración.

Por otro lado, algunos sectores de las Fuerzas Armadas también han expresado dudas respecto a la efectividad y el alcance de esta medida. La falta de consenso refleja los desafíos de implementar una política de seguridad tan ambiciosa en un contexto de alta polarización.

El proyecto de Ley Antimafias

En paralelo a esta iniciativa, el Gobierno busca avanzar en el tratamiento del proyecto de Ley Antimafias, previsto para las sesiones extraordinarias de febrero o las ordinarias de marzo. Esta ley complementaría las acciones del decreto, proporcionando un marco legal más amplio para combatir el crimen organizado, tanto a nivel nacional como internacional.

La militarización de zonas estratégicas como Vaca Muerta y las centrales nucleares representa un cambio significativo en la política de seguridad nacional de Argentina. Si bien busca responder a amenazas reales y potenciales, también ha generado debates sobre su implementación y efectividad. En este contexto, la colaboración internacional y la aprobación de leyes complementarias serán claves para garantizar el éxito de esta estrategia. Las próximas semanas serán decisivas para evaluar el impacto de esta medida en la seguridad y estabilidad del país.