El Gobierno enfrenta un revés en el Senado y busca respaldo para los vetos de Milei
El jueves negro en el Senado fue el resultado directo de la desatención del Gobierno a las demandas de los gobernadores. Ahora, Milei deberá recomponer relaciones para asegurar los votos que respalden los vetos previstos. La falta de apoyo parlamentario plantea un desafío para el Ejecutivo.

El jueves 10 de julio será recordado como uno de los peores días para el Gobierno de Javier Milei, especialmente en lo que respecta a su relación con los gobernadores y el Congreso. A pesar de las declaraciones previas del Presidente, la mayoría de los proyectos en el Senado fueron aprobados sin el respaldo esperado del oficialismo, lo que deja al Gobierno en una posición incómoda y con la necesidad urgente de recomponer alianzas clave.

Un Gobierno desatento a las demandas provinciales

El principal responsable del fracaso legislativo fue el propio Ejecutivo. En los días previos a la sesión, Milei desestimó las solicitudes de los mandatarios provinciales que pedían más fondos y mayor autonomía en el manejo de los recursos. El Presidente, en un tono contundente, afirmó que los gobernadores solo buscaban "garantizar su propio poder" y "romper al Gobierno nacional". Además, atacó a los legisladores calificándolos de una "constelación de hijos de p...".

El clima de tensión se intensificó cuando, días antes de la sesión, el Gobierno exigió a los mandatarios que cedieran los lugares más estratégicos en las listas provinciales a cambio de formar una alianza con La Libertad Avanza (LLA). Ante la negativa casi generalizada, el Ejecutivo armó listas propias que compiten directamente con los oficialismos provinciales, aumentando las fricciones.

Las críticas de los gobernadores y el fracaso de los intentos de negociación

Aunque Milei justifica su postura en la necesidad de preservar el equilibrio fiscal, los gobernadores, incluidos algunos cercanos a la Casa Rosada, se sienten traicionados. "Estamos cansados de que nos hagan promesas y no cumplan", aseguraron varios de ellos. Además, manifestaron que el Gobierno los compromete a llevar adelante grandes proyectos sin concretarlos, buscando simplemente "ganar tiempo".

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó el jueves convencer a varios mandatarios de que votaran en contra de los proyectos, pero no logró resultados favorables. Lo mismo ocurrió con el presidente de la Cámara de Diputados, Lule Menem, quien personalmente se dedicó a hacer llamados para evitar que los senadores votaran a favor de las iniciativas.

La difícil tarea de asegurar los vetos

El Gobierno ahora enfrenta el desafío de recomponer la relación con los gobernadores y lograr el respaldo necesario para sostener los vetos que Milei prevé imponer sobre los proyectos aprobados en el Senado. En la Cámara de Diputados, la situación es especialmente delicada: con 257 integrantes, el Ejecutivo necesita al menos 87 votos para bloquear leyes, pero actualmente no tiene control sobre más de 60.

En el Senado, con 72 senadores, el umbral para bloquear proyectos es de 25 votos, y las leyes aprobadas el jueves contaron con más de 50 votos a favor, lo que pone en riesgo los vetos del Presidente.

No obstante, los negociadores de Milei confían en que el receso parlamentario, que se extiende hasta mediados de agosto, les dará tiempo para reconstruir los apoyos necesarios y, eventualmente, revertir la situación.