El gobierno podría nombrar a 150 jueces federales por decreto ante el bloqueo opositor
El Ejecutivo busca acordar las designaciones con la oposición como primera opción, pero sostiene que "bloquean todas las alternativas"

El panorama político y judicial en Argentina está marcado por una creciente tensión entre el Ejecutivo y la oposición en relación con las designaciones judiciales. A medida que se acercan las fechas límites para cubrir las vacantes en la Corte Suprema y otros tribunales federales, el gobierno ha dejado claro que, en caso de no llegar a un acuerdo con la oposición, recurrirá a la posibilidad de nombrar a 150 jueces por decreto. Este giro en la estrategia abre un debate sobre el rol del Senado, la independencia judicial y la dinámica política en el país.

El Ejecutivo nacional, en cabeza de la Casa Rosada, ha expresado su intención de llenar las vacantes en los tribunales federales antes del 30 de diciembre, fecha en la que Juan Carlos Maqueda dejará su puesto en la Corte Suprema. Para lograrlo, se están explorando todas las opciones dentro del marco constitucional, incluida la designación de jueces por decreto, una medida que podría incluir a los magistrados Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en el máximo tribunal.

El gobierno asegura que ha intentado negociar con la oposición, particularmente con el kirchnerismo, para lograr un acuerdo en las designaciones, pero acusa a la oposición de bloquear todas las alternativas posibles. En este contexto, se plantea un escenario en el que el Ejecutivo podría proceder con nombramientos por decreto, en lugar de seguir la vía tradicional de aprobación en el Senado.

Negociaciones frustradas con la oposición: el papel del kirchnerismo

Las negociaciones con el Frente de Todos, encabezadas por el kirchnerismo, se han visto bloqueadas, especialmente por las declaraciones de José Mayans, jefe del bloque del Frente Nacional y Popular. Mayans ha anticipado que el peronismo rechazará cualquier nombramiento por decreto, lo que ha intensificado la confrontación política.

Dentro del gobierno, se acusa al kirchnerismo de intentar aprobar exclusivamente el pliego de Ariel Lijo en el Senado, mientras que el nombramiento de Manuel García-Mansilla quedaría fuera de la discusión. Ante esta situación, los cercanos al Presidente aseguran que, en caso de que la situación persista, García-Mansilla sería nombrado por decreto sin pasar por el Senado. "Nos están provocando y se están equivocando", señaló un funcionario cercano a la Casa Rosada.

El rol de los gobernadores y los bloques aliados

A pesar de los bloqueos internos y externos, el gobierno sigue buscando alternativas para cubrir las vacantes judiciales. Uno de los caminos explorados es el diálogo con los gobernadores y los bloques aliados en el Senado. Sebastián Amerio, viceministro de Justicia, ha sido designado para llevar adelante las negociaciones con los senadores provinciales. De hecho, ya se han realizado modificaciones en los pliegos de algunos candidatos a jueces a solicitud de mandatarios provinciales.

Sin embargo, existen diferencias dentro del oficialismo sobre la viabilidad de tratar los pliegos en sesiones extraordinarias. Algunos sectores consideran que no hay un acuerdo firme para avanzar en esa dirección, mientras que otros no descartan que, incluso sin un acuerdo previo, los pliegos puedan ser tratados en sesiones extraordinarias.

¿Qué implica el nombramiento de jueces por decreto?

El nombramiento de jueces por decreto, aunque posible dentro del marco constitucional, generaría un fuerte debate en torno a la separación de poderes y la independencia judicial. El Senado tiene un rol clave en la designación de jueces, pero la posible elusión de este proceso por parte del Ejecutivo podría poner en duda la legitimidad de los nombramientos y tensar aún más las relaciones entre los poderes del Estado.

Además, si el gobierno decide nombrar a 150 jueces por decreto, ello podría tener repercusiones a largo plazo en la confianza de la ciudadanía en el sistema judicial y en la transparencia de los procesos judiciales.

A medida que se acerca el final del mandato de Juan Carlos Maqueda, el gobierno enfrenta una encrucijada en cuanto a la cobertura de las vacantes judiciales. La amenaza de nombramientos por decreto es una opción que, aunque constitucional, genera incertidumbre sobre el futuro de la independencia judicial en el país. Las negociaciones con la oposición continúan en un ambiente de desconfianza y acusaciones mutuas, lo que complica la posibilidad de llegar a un acuerdo.

El escenario está abierto a varias posibilidades, y tanto el Ejecutivo como la oposición deberán tomar decisiones cruciales en los próximos días. Mientras tanto, los ojos de la sociedad están puestos en cómo se resolverá esta crisis judicial y qué consecuencias tendrá para el equilibrio de poderes en Argentina.