El Gobierno nacional endureció este miércoles su postura frente al pedido de endeudamiento formulado por la provincia de Buenos Aires y descartó toda posibilidad de una reunión entre el presidente y Axel Kicillof. El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, remarcó que la administración libertaria no habilitará nuevas operaciones de crédito mientras no se cumpla la condición de equilibrio fiscal, un mensaje que también resuena en otras jurisdicciones, incluso en el Norte Grande y en provincias como Catamarca, donde las discusiones por financiamiento y coparticipación siguen siendo parte del escenario político.
"Hemos vuelto a la normalidad. La deuda pública consolidada disminuyó 50 mil millones de dólares, lo que convirtió a este Gobierno en el primero en desendeudar al país en décadas. Por lo que no hay nueva deuda. Le recordamos al gobernador de la Provincia de Buenos Aires que sin déficit, no hay nueva deuda", afirmó Adorni durante una conferencia en Casa Rosada convocada para repasar los dos años de gestión.
La respuesta del Ejecutivo se da en medio de la tensión generada por el reclamo de Kicillof, quien necesita autorización de la Nación para acceder a nuevo financiamiento. El mandatario bonaerense advirtió que, sin ese aval, la Provincia podría entrar en default. Desde Balcarce 50 sostienen que la condición indispensable para avanzar es que la administración provincial cumpla con los parámetros de disciplina fiscal.
En ese sentido, Adorni fue categórico al descartar un eventual encuentro con el gobernador. "Nosotros trabajamos para lo que la gente nos pide. Cuando uno marca que el equilibrio fiscal es fundamental, cuando el endeudamiento no es ni más ni menos que un sacrificio para generaciones futuras, cuando pedimos que se adhieran a leyes como la ley antimafia u otras, y no hay colaboración, entendés que hay gobernadores que no van con lo que la gente nos pide", afirmó.
Además, el jefe de Gabinete negó la posibilidad de incluir a la provincia de Buenos Aires en la ronda de reuniones que el Gobierno mantiene con otros mandatarios, incluso aquellos vinculados al kirchnerismo, como Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). En Catamarca, donde las negociaciones fiscales con Nación son constantes, el mensaje fue tomado como parte de una estrategia más amplia de segmentación en el trato con las provincias.
"Lo único que les importa (en la provincia de Buenos Aires) es que al Gobierno le vaya mal y a los bonaerenses les vaya mal. No hay mucho para dialogar porque no hay muestras de buena voluntad", sostuvo Adorni al profundizar sus críticas hacia Kicillof.
La postura del Ejecutivo aparece luego de que el gobernador bonaerense y otros mandatarios peronistas, distanciados de la Casa Rosada tras las elecciones del 26 de octubre, reclamaran una convocatoria al diálogo federal.
Pese a ello, Adorni volvió a cerrar esa instancia: "En algún momento seguramente esas reuniones existan, pero con Kicillof no compartimos agenda. No tiene mucho sentido, no debería tener mucho sentido esa reunión. Quizá en algún momento exista, pero no está en agenda".
El conflicto tiene un eje central: la Nación insiste en que la provincia de Buenos Aires incrementó su gasto corriente en el primer semestre un 2,1% real, por encima de la inflación. Ese argumento fue utilizado por el ministro de Economía, Luis Caputo, para recordar que la Ley de Responsabilidad Fiscal Federal exige contener el gasto como condición previa para autorizar endeudamiento.
Desde La Plata respondieron calificando estas afirmaciones como "humo para la tribuna" y recordaron que, en ocasiones anteriores, el Gobierno nacional sí avaló emisiones de bonos bonaerenses.