En un inesperado revés para el oficialismo, la falta de quórum en la sesión preparatoria del Senado impidió la ratificación de autoridades, lo que representa un duro golpe para La Libertad Avanza. Dos senadores de Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano, se rehusaron a dar quórum, lo que terminó bloqueando la sesión por un solo voto.
Negociaciones frustradas y la falta de acuerdos
El oficialismo esperaba ratificar las autoridades del Senado, a excepción de la secretaría administrativa. Sin embargo, las negociaciones entre senadores libertarios y dialoguistas se volvieron una olla a presión, lo que llevó a la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, a ordenar que la sesión avanzara sin consensos sólidos, resultando en un resultado adverso para el Gobierno.
El conflicto no solo afectó a los libertarios. La UCR también mostró resistencia inicial, aunque finalmente todos sus representantes bajaron al recinto. El PRO, Provincias Unidas y otros sectores también participaron, pero el número necesario para el quórum no se alcanzó, quedando a tan solo un voto de la cifra requerida de 37.
El papel del kirchnerismo y la Casa Rosada
La ausencia de apoyo clave dio ventaja al kirchnerismo, que sin mover un dedo, logró un inesperado triunfo al no aportar su quórum. La Casa Rosada, por su parte, no pudo garantizar la asistencia de los legisladores necesarios para destrabar la sesión, dejando en evidencia la falta de coordinación interna en el oficialismo.
La tensión se incrementó debido a la molestia de los legisladores santacruceños con el Gobierno, en especial por la reciente salida de YPF del distrito y temas relacionados con Río Turbio. Según trascendidos, estos senadores buscaban ser compensados con cargos estratégicos dentro del Senado, como la secretaría administrativa o la presidencia provisional, sin éxito en sus demandas.
Consecuencias políticas y futuras estrategias
Uno de los principales cargos en juego era el de titular provisional del Senado, posición clave en la línea de sucesión presidencial, que seguirá en manos del libertario Bartolomé Abdala. También se proyectaba la continuidad de Silvia Sapag (kirchnerismo) como vicepresidenta, Carolina Losada (UCR) como vice primera y Alejandra Vigo (peronismo disidente) como vice segunda.
Otro puesto de relevancia era el de secretario parlamentario, Agustín Giustinian, cuyo papel ha sido clave en la gestión legislativa. Sin embargo, la principal disputa se centraba en la secretaría administrativa, vacante tras la salida de María Laura Izzo. El cordobés Emilio Viramonte Olmos, asesor de Villarruel, esperaba asumir este cargo, pero su designación quedó en suspenso debido al fracaso de la sesión.
Un escenario político incierto
Este traspié deja en evidencia la falta de cohesión dentro del oficialismo y la creciente influencia de legisladores independientes que, con sus decisiones, pueden alterar el rumbo de la Cámara Alta. La dificultad para asegurar quórum y la falta de acuerdos ponen en jaque la gobernabilidad del Senado, generando incertidumbre sobre las próximas estrategias políticas que deberán implementar los distintos bloques.
El oficialismo deberá recomponer relaciones y fortalecer su capacidad de negociación si busca evitar nuevos bloqueos legislativos en el futuro. La próxima sesión será determinante para definir si La Libertad Avanza logra consolidar su poder o si la falta de consensos seguirá debilitando su capacidad de gestión.