El triple femicidio de Florencio Varela generó conmoción social y fuertes repercusiones políticas a nivel nacional y provincial. Desde el oficialismo, hubo un alineamiento de voces críticas hacia el gobernador Axel Kicillof, a quien responsabilizan por la falta de respuestas en materia de seguridad y narcotráfico en la provincia de Buenos Aires.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo que el crimen "demuestra una organización criminal desbandada que actúa con total impunidad". En declaraciones radiales, cuestionó a los votantes del peronismo en distritos como La Matanza y advirtió: "La provincia de Buenos Aires no está dando soluciones al grave problema de seguridad. Si nos necesitan, como en Rosario, estamos a disposición".
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también criticó con dureza al mandatario provincial. "Kicillof tiene que hacerse cargo del enorme problema de inseguridad en la provincia", afirmó, y rechazó el comunicado oficial en el que el gobernador vinculó el caso con una organización narco con base en la Ciudad de Buenos Aires.
En la misma línea, el diputado nacional Diego Santilli calificó a la provincia como "un colador" y denunció la falta de coordinación con el gobierno nacional en políticas de seguridad. Por su parte, José Luis Espert, primer candidato de La Libertad Avanza en la provincia, fue más tajante: aseguró que el distrito está "ensangrentado de inocentes" y acusó a Kicillof de "no comprometerse con el combate contra el narcomenudeo".
Mientras tanto, Kicillof se expresó desde Nueva York, donde participaba de un homenaje a José Mujica. En sus redes sociales afirmó que la investigación "avanza hacia la hipótesis de una venganza narco internacional con base en CABA" y llamó a un trabajo conjunto para enfrentar al narcotráfico: "Tenemos que involucrarnos todos en esta lucha. De lo contrario se fortalece y se vuelve impune".