El plan del Gobierno para las elecciones 2025: Negociaciones y estrategias con el PRO y la UCR
En la cúpula libertaria aseguran que restringirán la participación a los porcentajes de intención de voto que pueda ofrecer cada partido.

En un escenario político marcado por la incertidumbre y la expectativa, el Gobierno está delineando sus estrategias para la conformación de listas de candidatos en el marco de posibles acuerdos con el PRO y la UCR. Este artículo analiza los principales puntos de las negociaciones y su impacto potencial en el panorama electoral.

Negociaciones con el PRO y la UCR

En la Casa Rosada, el ritmo de las negociaciones es cauteloso. Aunque no hay urgencia, el Gobierno ya considera un método específico para estructurar listas en caso de una alianza con el PRO y/o sectores de la UCR. La estrategia central gira en torno a un sistema basado en encuestas de opinión pública, utilizadas como herramienta para medir la representatividad de cada fuerza.

Cada partido involucrado tendrá que presentar estudios de diferentes consultoras cercanos a la fecha del cierre de listas, lo que determinará la posición de los candidatos en la nómina. Esta metodología, aunque pragmática, ha generado críticas debido a la falta de confiabilidad de las encuestas en elecciones pasadas.

Un alto funcionario de la Casa Rosada comentó: "Cada uno debe aportar lo que tiene; es lo lógico, ¿no?". Esta declaración resalta la importancia que el Gobierno asigna a los números como base para las negociaciones.

Las tensiones internas en el PRO

En las filas del PRO, las reacciones ante esta propuesta son diversas. Algunos sectores ven con buenos ojos la posibilidad de una alianza que podría fortalecer su posición electoral, mientras que otros prefieren mantener la independencia del partido. Para estos últimos, la estrategia es enfrentar los resultados adversos de 2025 y preparar el terreno para negociaciones en 2027 con una identidad renovada.

El método basado en encuestas, también conocido como "el método de Marcos Peña", genera divisiones internas. Aunque algunas figuras del PRO lo consideran una opción pragmática, también es percibido como un instrumento que favorece a los libertarios, liderados por Javier y Karina Milei. Las críticas hacia Mauricio Macri, quien registra una de las imágenes negativas más altas del país, también influyen en las decisiones del partido.

Reclutamientos individuales y el rol de Karina Milei

Con las fechas del cierre de listas todavía inciertas, el Gobierno y los libertarios optan por un enfoque gradual. La estrategia actual prioriza el reclutamiento "por goteo" de dirigentes, en lugar de acuerdos institucionales. Ejemplos recientes incluyen figuras como Luis Juez, Diego Valenzuela y Ramiro Egüe, quienes han sido incorporados en un esfuerzo por consolidar apoyos.

Dentro del entorno libertario, Karina Milei juega un rol central en la toma de decisiones, comparable al poder que ejercía el kirchnerismo en su época de auge. Algunos analistas políticos predicen que la influencia de Milei podría superar las expectativas, eliminando la necesidad de comparaciones numéricas con otras fuerzas.

Perspectivas futuras

Aunque las posibilidades de un acuerdo con el PRO aún parecen lejanas, el simple hecho de que existan negociaciones es interpretado por algunos referentes del PRO como una señal positiva. Sin embargo, las tensiones internas y los constantes enfrentamientos en redes sociales complican el panorama.

Por ahora, las prioridades parecen estar enfocadas en establecer un equilibrio entre los intereses de las fuerzas involucradas. La incertidumbre sobre las PASO y el calendario electoral agrega otro nivel de complejidad, dejando a los actores principales con el desafío de navegar en un terreno político cada vez más competitivo.

El plan del Gobierno para estructurar alianzas políticas en base a encuestas de opinión representa un intento por equilibrar fuerzas en un entorno político polarizado. Sin embargo, este enfoque también enfrenta críticas debido a la falta de confiabilidad histórica de las encuestas y las tensiones internas entre los posibles aliados.

Con el cierre de listas todavía en el horizonte, las negociaciones continuarán definiendo el futuro político del país. Para los partidos involucrados, el desafío será encontrar un punto de equilibrio que garantice representatividad y fortaleza electoral. Mientras tanto, la mirada estará puesta en cómo evoluciona esta compleja danza política.