El proyecto de Ficha Limpia, que pretendía impedir que personas condenadas por corrupción puedan ser candidatas, fracasó en el Senado por apenas un voto. La derrota legislativa desató un vendaval político que afecta tanto a la oposición como al oficialismo, y reaviva las sospechas sobre posibles acuerdos entre la Casa Rosada y el gobierno de Misiones, una provincia clave en el escenario nacional.
Los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut sorprendieron al votar en contra del proyecto, lo que provocó especulaciones inmediatas. Mientras algunos legisladores interpretaron el hecho como un quiebre en la relación con el Ejecutivo, otros sostuvieron que se trató de una maniobra coordinada con el poder nacional.
Desde el Gobierno niegan pactos y acusan al kirchnerismo
En medio del revuelo, fuentes oficiales de La Libertad Avanza (LLA) negaron rotundamente cualquier tipo de acuerdo político con la provincia gobernada por el espacio de Carlos Rovira, histórico líder del oficialismo misionero. En palabras del entorno presidencial: "No hubo acuerdo con Misiones. Son dos senadores K que entraron en una boleta del kirchnerismo".
La Casa Rosada insiste en que el rechazo de Ficha Limpia fue también una derrota para el Ejecutivo y no exclusivamente para el PRO, partido impulsor de la iniciativa. Sin embargo, algunos sectores del oficialismo celebran que la responsabilidad política por la caída del proyecto haya recaído principalmente sobre "la clase política tradicional".
Una jugada que reconfigura alianzas en el Congreso
La senadora Alejandra Vigo, del bloque Unidad Federal, fue una de las primeras en señalar una posible estrategia entre Nación y Misiones. En redes sociales apuntó a un presunto "acuerdo político" de cara a las próximas elecciones, con presencia de una candidata libertaria en las listas provinciales.
Este análisis es compartido por sectores del PRO y el radicalismo, que interpretaron el comportamiento de los senadores misioneros como parte de una reconfiguración de alianzas. La sorpresa fue mayor ya que incluso hasta minutos antes de la votación se creía que el proyecto contaba con los votos necesarios para ser aprobado: necesitaba 37 votos y obtuvo 36.
Ausencias sospechosas y un clima de tensión creciente
Luego del rechazo del proyecto, Arce y Decut desaparecieron del recinto, apagaron sus celulares y no volvieron a sus despachos. La falta de comunicación oficial por parte de los legisladores misioneros alimentó aún más las sospechas de que existió una negociación previa.
El hecho generó fuerte malestar dentro de los bloques dialoguistas y también en sectores de La Libertad Avanza, que afirmaron haberse enterado de la votación negativa en el momento exacto del conteo. Varios senadores acusaron al PRO de "apurar" la votación sin contar con los respaldos asegurados, lo que terminó generando un efecto adverso.
Una derrota legislativa que alimenta la desconfianza y reposiciona al oficialismo
El rechazo del proyecto Ficha Limpia dejó expuesta la fragilidad de las alianzas parlamentarias y abrió una nueva etapa de sospechas sobre los acuerdos entre el Ejecutivo nacional y sectores provinciales. Aunque el Gobierno niega cualquier tipo de pacto, lo cierto es que La Libertad Avanza logró salir relativamente fortalecida del episodio, al mostrarse a favor del proyecto y deslindar responsabilidades en sus oponentes.
Este escenario podría anticipar nuevos reacomodamientos políticos de cara a las elecciones provinciales y nacionales, donde el tema de la transparencia política y la ética en la función pública volverán a ocupar un lugar central en la agenda pública.