En medio de una Cámara de Diputados en plena reconfiguración y con nuevas tensiones en el tablero político nacional, un grupo de gobernadores peronistas que se encuentra distanciado del kirchnerismo comenzó a acelerar conversaciones con un objetivo puntual: conformar un espacio legislativo propio que represente los intereses de sus provincias y les dé capacidad real de negociación ante el gobierno de Javier Milei.
El núcleo de este movimiento está liderado por los mandatarios del Norte Grande: Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca). Todos ellos comparten un diagnóstico: la fragmentación de las identidades provinciales dentro de la Cámara baja debilita sus posibilidades de incidir en las decisiones del oficialismo y limita su margen para proteger una agenda federal en temas clave como infraestructura, recursos coparticipables, obra pública, transporte y economías regionales.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, los diálogos entre los gobernadores avanzaron en los últimos días con la intención de reunir a legisladores que hoy se encuentran dispersos en distintos bloques, algunos dentro del peronismo no kirchnerista y otros en espacios provinciales. El objetivo es alcanzar un piso inicial de 12 diputados, un número que podría otorgarles un peso significativo en la disputa por comisiones estratégicas y en la definición de mayorías circunstanciales en un Congreso sin fuerzas dominantes.
La intención de los gobernadores es configurar un grupo parlamentario que actúe en bloque y que pueda articular posiciones comunes frente a los proyectos que la Casa Rosada intentará impulsar en el próximo período legislativo. En un escenario en el que Milei necesita construir votos para avanzar con reformas estructurales, este sector ve una oportunidad para instalar demandas propias que, aseguran, han quedado relegadas en los últimos años frente a tensiones internas del peronismo nacional y la centralidad que adquirió el kirchnerismo dentro de la coalición.
Si bien ninguno de los mandatarios busca presentarse como oposición frontal al Gobierno nacional, el enfoque está puesto en lograr una relación pragmática, enfocada en garantizar recursos para sus provincias y blindar áreas que consideran sensibles para el desarrollo regional. La estrategia, señalan, apunta a construir una línea política que permita negociar "de igual a igual" con la Nación sin quedar subordinados al kirchnerismo ni alinearse sin matices con Milei.
En este sentido, la eventual conformación del bloque podría modificar la dinámica interna del peronismo en el Congreso y reordenar fuerzas dentro de un espacio que atraviesa un proceso de redefinición profunda. La figura de Cristina Kirchner, aunque sigue teniendo influencia en otros sectores del PJ, se encuentra distanciada de este grupo de gobernadores, que busca marcar una identidad propia y recuperar centralidad territorial como motor de un proyecto político alternativo.
Las conversaciones continuarán en los próximos días y no se descarta que otros mandatarios o bloques provinciales se sumen a la iniciativa. Para los gobernadores del Norte, el timing es decisivo: llegar al inicio del próximo período de sesiones con un bloque consolidado y con capacidad de sentarse a la mesa de negociación con la Casa Rosada desde una posición de fuerza y no de debilidad.