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Juicio

L-Gante frente a la justicia: la fiscalía pidió que sea condenado a 7 años de prisión

Tras varias audiencias y la declaración de múltiples testigos, la fiscalía solicitó una condena de siete años de prisión para el músico. Los cargos incluyen la privación ilegal de la libertad de un vecino y amenazas a una mujer, ambos ocurridos en General Rodríguez.

18 Octubre de 2024 17.20

El juicio contra Elián Valenzuela, mejor conocido como L-Gante, se ha convertido en uno de los casos más mediáticos del momento. El cantante de cumbia 420 enfrenta graves acusaciones que podrían llevarlo a cumplir una condena de hasta siete años de prisión. Entre los cargos más serios se encuentran la privación ilegítima de la libertad y las amenazas calificadas, delitos que han generado un profundo debate sobre su inocencia o culpabilidad.

Acusaciones contra L-Gante: ¿realidad o exageración?

Tras varias audiencias y la declaración de múltiples testigos, la fiscalía solicitó una condena de siete años de prisión para L-Gante. Los cargos incluyen la privación ilegal de la libertad de un vecino y amenazas a una mujer, ambos ocurridos en General Rodríguez. El fiscal Adrián Landini fue enfático al señalar que el cantante "intentó resolver las cosas por su cuenta, fuera de la ley", lo que, según la fiscalía, representa una clara transgresión de la justicia.

Por su parte, la querella, liderada por los abogados Leonardo Sigal, Pablo Becerra y Rodrigo Avendaño, exigió una pena aún más severa: ocho años de prisión efectiva, argumentando que, si bien el acusado no tiene antecedentes penales, los agravantes del caso son lo suficientemente contundentes como para justificar una pena mayor. Durante el proceso, Sigal afirmó haber recibido amenazas por parte del entorno del cantante, lo que agrega un matiz de intimidación al juicio.

La defensa de L-Gante: "estoy aquí porque no quise pagar"

En sus declaraciones finales ante el Tribunal en lo Criminal N°3 de Mercedes, L-Gante mantuvo su postura de inocencia. En un discurso que intentó ser tanto persuasivo como sarcástico, el cantante declaró que su presencia en el juicio se debía únicamente a su negativa a sobornar a las partes involucradas. "Soy inocente y hoy estoy en esta sala de juicio porque no quise poner dinero", aseguró, criticando la "imaginación" de los abogados querellantes, a quienes comparó con directores de cine.

Con un tono irónico, L-Gante expresó su enojo por haber llegado hasta esta instancia legal, afirmando que se dedica a otras actividades, pero que el juicio lo había hecho considerar "estudiar derecho". Su última intervención buscó descreditar los testimonios presentados en su contra, argumentando que todo se había exagerado por razones económicas.

Testigos clave

Durante las audiencias, varios testigos proporcionaron versiones contradictorias sobre los hechos. Entre ellos se encuentra Emanuel de Marco, amigo y supuesto chofer de L-Gante, quien está detenido por el delito de privación ilegítima de la libertad. De Marco afirmó que el cantante disparó un arma en medio de una situación tensa dentro del vehículo, lo que habría asustado a una de las acompañantes. Este testimonio pone en duda la versión de L-Gante, quien en todo momento ha negado la existencia de violencia.

Otro testimonio crucial fue el de Osorio, un policía que aseguró haber visto al cantante en su camioneta con las supuestas víctimas. Según Osorio, L-Gante habría manifestado que resolvería el conflicto "por su propia cuenta", lo que refuerza la tesis de que el artista intentó actuar por fuera del sistema legal. Sin embargo, también declararon testigos propuestos por la defensa, como Figueroa, quien minimizó su participación en los hechos y no pudo responder con precisión a varias de las preguntas clave.

La versión de L-Gante: "malentendidos"

L-Gante relató su propia versión de los hechos, en la que afirmó haber tenido una discusión con Gastón Torres, el denunciante, pero negó haberlo privado de su libertad. Según el cantante, la situación se descontroló debido a que Torres estaba bajo los efectos del alcohol y había iniciado una pelea con los amigos del artista.

En su relato, L-Gante afirmó que, tras discutir con Torres, le pidió que lo acompañara para hablar con más calma, a lo que Torres accedió voluntariamente. Además, explicó que en ningún momento intimidó a las supuestas víctimas ni utilizó un arma de fuego, como aseguran algunos de los testigos. Según su versión, todo fue un malentendido que terminó en una denuncia exagerada.

Expectativa por la sentencia final

El 28 de octubre, el tribunal emitirá su veredicto, lo que podría marcar un antes y un después en la vida del popular cantante. Si bien las pruebas parecen inclinadas en su contra, su defensa ha planteado dudas razonables sobre la veracidad de los testimonios y las circunstancias que rodean el caso.

La posibilidad de que L-Gante sea condenado a prisión ha generado una ola de comentarios en redes sociales, donde tanto seguidores como detractores del artista discuten sobre la justicia del proceso. Independientemente del resultado, el caso pone de relieve la compleja relación entre las celebridades, la justicia y la opinión pública.

El juicio de L-Gante es más que un caso legal; es un reflejo de cómo la fama y la exposición mediática pueden influir en los procesos judiciales. La sentencia del 28 de octubre no solo determinará el futuro de Elián Valenzuela, sino que también sentará un precedente sobre cómo la justicia aborda casos en los que están involucradas figuras públicas. Mientras tanto, el público sigue expectante, esperando una resolución que podría tener profundas implicaciones tanto para la carrera del cantante como para su vida personal.

¿Será absuelto o condenado? La respuesta está por conocerse, y con ella, el destino de uno de los íconos más controvertidos del panorama musical argentino.