El anuncio del secretario del Tesoro, Scott Bessent, sobre las negociaciones para otorgar a la Argentina un paquete de asistencia de hasta US$20 mil millones con el objetivo de estabilizar el sistema cambiario y respaldar al Gobierno de Javier Milei, desató repercusiones inmediatas en Estados Unidos.
La magnitud de la ayuda, confirmada por el presidente Donald Trump, impactó tanto en los mercados como en el escenario político y social norteamericano.
En paralelo al debate sobre el rol de EE.UU. en el nuevo orden global marcado por la política arancelaria de la Casa Blanca, distintos sectores internos cuestionaron que los recursos se destinen a la Argentina. Uno de los más críticos es el agro, golpeado por la caída de exportaciones de soja a China tras la suba de aranceles. Según remarcan productores, esos fondos podrían compensar las pérdidas que provocó el encarecimiento de sus operaciones y la pérdida de competitividad internacional.
A estas tensiones se suma la preocupación por el impacto en el bolsillo de los consumidores, ya que la política proteccionista elevó costos en las cadenas de valor y presiona sobre los precios.
Mientras tanto, Trump reafirmó su compromiso con Milei, a quien considera su principal aliado en la región. Sin embargo, el paquete enfrenta resistencias políticas, con figuras como la senadora Elizabeth Warren entre sus principales opositoras.
El anuncio fue comparado con el rescate de 1995 a México tras la crisis del Tequila, aunque en este caso surgen dudas sobre la capacidad de repago de la Argentina, en un contexto de negociación con el FMI y persistentes debilidades estructurales.
En el plano técnico, el Departamento del Tesoro evalúa alternativas para girar los fondos de manera rápida y eficiente. Una posibilidad es vincular directamente a los Bancos Centrales de ambos países, con un esquema de swap de monedas similar al que mantiene la Argentina con China. No obstante, la independencia de la Reserva Federal respecto al Tesoro abre interrogantes sobre la viabilidad de esta vía.
En la Casa Blanca se muestran optimistas y aseguran que el acuerdo podría cerrarse en los próximos días, aunque otras fuentes señalan que la efectivización del paquete se daría recién después de las elecciones legislativas de octubre.