La embajada de Rusia en la Argentina salió al cruce del Gobierno nacional luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, señalara que servicios de inteligencia rusos y venezolanos estarían detrás de la filtración de los audios de Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.
El comentario de la funcionaria se produjo este lunes, tras una investigación realizada por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Bullrich aseguró que existían indicios de participación extranjera en las escuchas, lo que encendió la reacción inmediata de Moscú.
En un comunicado oficial, la representación diplomática rusa —encabezada por el embajador Dmitry Feoktistov— manifestó su repudio: "Lamentamos observar que en el contexto de otro escándalo político interno de gran repercusión mediática nuestro país vuelve a ser mencionado de forma negativa".
El texto aclara que no existen pruebas que sustenten las versiones difundidas: "Se han expresado públicamente algunas suposiciones sobre la posible grabación de conversaciones telefónicas en Casa Rosada por servicios de inteligencia rusos (y venezolanos), supuestamente con el objetivo de desestabilizar al Gobierno. No se han aportado ningunas pruebas al respecto".
La embajada remarcó que las acusaciones son "infundadas y falsas" y calificó de "irracional y destructivo" el deseo de ver "espías rusos en cada esquina". Además, reafirmó que Rusia "aboga constantemente por la construcción de una cooperación equitativa y mutuamente respetuosa con Argentina, en el marco de una asociación estratégica integral basada en la sólida amistad entre nuestros pueblos".
Finalmente, el comunicado recordó que en octubre se cumplen 140 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. "Deseamos celebrar juntos este aniversario en ese espíritu, y no bajo la influencia de una historia de espionaje ficticia", concluyó el mensaje.
