Javier Milei regresa a la Argentina tras su visita a Oslo, donde asistió a la entrega del Premio Nobel de la Paz otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado. En Casa Rosada había expectativas de un posible encuentro entre ambos, pero la llegada de la dirigente se demoró y el Presidente emprendió su retorno antes de que pudiera concretarse. El movimiento diplomático despertó interés en distintos puntos del país, incluida Catamarca, donde se sigue con atención la política exterior del Gobierno nacional.
"Ante la incertidumbre de la llegada de María Corina Machado a Oslo, la comitiva argentina decidió dejar ese espacio protagónico para ella", señalaron desde Presidencia.
Fuentes cercanas a Machado indicaron que logró salir de Venezuela, donde permanece en la clandestinidad desde hace 15 meses, aunque todavía no está confirmado el horario en que arribará a la capital noruega.
En el Gobierno se evaluó inicialmente la posibilidad de extender la estadía presidencial para propiciar un encuentro entre Milei y Machado, pero esa opción quedó descartada pocas horas después.
Durante la visita, el oficialismo también presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de declaración impulsado por Gabriel Bornoroni, presidente del bloque de La Libertad Avanza. El documento destaca la presencia de mandatarios y delegaciones internacionales en la ceremonia del Nobel como un gesto de acompañamiento a la defensa de la libertad, los derechos humanos y la estabilidad democrática en la región.
La ceremonia del Nobel de la Paz
En la entrega del galardón, Milei presenció el momento en que Ana Corina Sosa Machado, hija de la dirigente venezolana, recibió el Premio Nobel de la Paz en nombre de su madre. La joven fue ovacionada en el acto, acompañada por el Comité del Premio y la familia real noruega.
Sosa leyó un discurso escrito por María Corina Machado, en el que denunció violaciones a los derechos humanos en Venezuela y acusó a Nicolás Maduro de cometer crímenes de lesa humanidad.
Afirmó que Edmundo González Urrutia ganó las elecciones con el 67 por ciento de los votos y que todas las actas coincidían, hasta que, según su relato, "la dictadura respondió aplicando el terror".
También advirtió que "2.500 personas fueron secuestradas, desaparecidas o torturadas", entre ellas profesionales, estudiantes y trabajadores perseguidos por compartir actas electorales.
El mensaje concluyó con un llamado a la esperanza: "Venezuela volverá a respirar", expresó, augurando un futuro con libertades restituidas y reencuentro para miles de familias.