El presidente Javier Milei convocó para este lunes a su mesa chica con el objetivo de definir ajustes en la conducción política luego de la derrota de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, donde el peronismo se impuso por 13 puntos.

Según fuentes oficiales, no habrá cambios en el gabinete, pero sí en el esquema de toma de decisiones y en la estrategia de relación con los gobernadores aliados. "Va a haber un cambio en las formas y en lo estructural. Sin un volantazo, no hay salida", señalaron desde la Casa Rosada.

Las diferencias internas se arrastran desde el cierre de alianzas y listas provinciales, que impactaron en la gobernabilidad en el Congreso, donde el oficialismo perdió casi todas las últimas votaciones. En el centro de la disputa se ubican el asesor presidencial Santiago Caputo, enfrentado con el titular de Diputados, Martín Menem, y con el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem. "Está todo roto entre ellos y no hay forma de recomponer el vínculo", advierten en un sector neutral del oficialismo.

El resultado bonaerense dejó expuestas las tensiones. El armador libertario Sebastián Pareja reconoció la derrota en la sede de LLA, mientras los principales referentes evaluaban la estrategia a seguir. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, convocó a los funcionarios a acompañar al Presidente, aunque llamaron la atención las ausencias del jefe de Gabinete Guillermo Francos, el ministro de Economía Luis Caputo, la titular de Capital Humano Sandra Pettovello y el canciller Gerardo Werthein.

La sorpresa fue la presencia de Santiago Caputo en el escenario junto a Milei y el resto de ministros: fue la primera vez que el consultor se mostró públicamente en un acto oficial. Mientras algunos atribuyen la decisión a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, otros aseguran que se trató de un pedido directo del mandatario. Su aparición se dio días después de que abriera su perfil oficial en X.

Estrategia de polarización

En la Casa Rosada anticipan que la nueva etapa estará marcada por la polarización con el kirchnerismo. Reconocen que apelarán a una "campaña del miedo" para contrarrestar al peronismo, aunque descartan modificaciones de fondo en la estructura del Gobierno.

En lo económico, insisten en que no habrá cambios de rumbo: se mantendrá la política de bandas cambiarias y se reforzará la línea de ajuste fiscal y monetario. "Lo económico se va a reforzar y profundizar. No se va a modificar el trasfondo", remarcaron en el oficialismo.