El presidente Javier Milei encabezará este martes una visita oficial a Washington, donde mantendrá una reunión bilateral con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, en el marco de una agenda centrada en política, defensa y economía. El encuentro, que tuvo lugar en el Salón Oval, marca un nuevo capítulo en la relación estratégica entre ambos países y consolida el alineamiento de la Argentina con Estados Unidos.
La comitiva presidencial estará integrada por Karina Milei, Luis Caputo, Patricia Bullrich, Santiago Bausili, Manuel Adorni, Gerardo Werthein y Alex Oxenford, reflejando la relevancia política y económica del viaje. Tras la reunión principal, se realizará un almuerzo de trabajo con los equipos de ambas naciones y una firma en el libro de honor presidencial, como es tradición en este tipo de encuentros oficiales.
La visita se da en un momento clave para el Gobierno argentino, que busca afianzar su vínculo con Washington luego de la confirmación de un swap financiero por US$20.000 millones con el Tesoro estadounidense, destinado a reforzar las reservas del Banco Central y aliviar la presión sobre el mercado cambiario. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguró que Estados Unidos "está decidido a apoyar las reformas estructurales" impulsadas por Milei.
Además del componente económico, el encuentro tuvo una fuerte carga política y simbólica. En plena etapa preelectoral, Milei buscó mostrarse fortalecido en el plano internacional, con un mensaje de respaldo a sus políticas de ajuste y de diferenciación con el kirchnerismo. "Recibimos el apoyo de Estados Unidos para contrarrestar su vocación destructiva", dijo el mandatario antes del viaje, en declaraciones a Canal 13 Max TV de Corrientes.
Una agenda estratégica
La bilateral incluirá conversaciones sobre cooperación militar y defensa, con la intención de avanzar hacia una alianza regional que fortalezca la presencia estadounidense en el Cono Sur. Según fuentes de la Casa Rosada, el Gobierno argentino analiza permitir una presencia operativa de fuerzas norteamericanas en Ushuaia, donde se construye una Base Naval Integrada, con el fin de "contrarrestar la injerencia china en el territorio".
En la misma línea, la agenda de cooperación abarca la proyección antártica y el uso comercial del pasaje bioceánico de Drake, una ruta estratégica que conecta América del Sur con la Antártida. El jefe del Comando Sur de EE.UU., Alvin Holsey, había adelantado durante su visita reciente al país que el objetivo común es "neutralizar la influencia china en la región".
Fuentes oficiales detallaron que la organización del viaje incluye reuniones previas con personal de la Casa Blanca para ajustar los protocolos y coordinar la agenda de actividades. Milei también visitará la Blair House, residencia oficial de mandatarios extranjeros, y participará de un acto de homenaje a Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA.
Tensiones políticas en Washington
El apoyo de Trump a Milei generó debate en la política estadounidense. La senadora demócrata Elizabeth Warren criticó duramente el respaldo económico de la Casa Blanca al gobierno argentino. "Trump debería dejar de regalar nuestro dinero a sus amigos corruptos", escribió en su cuenta de X, aludiendo al swap financiero con Buenos Aires.
La respuesta llegó por parte del propio Scott Bessent, quien defendió la ayuda y acusó a Warren de promover "políticas destructivas que rivalizan con la agenda izquierdista de la oposición argentina".
Pese a las tensiones internas en EE.UU., el Gobierno argentino considera que el viaje representa un avance diplomático sustantivo. Según estimaciones de la Casa Rosada, varias empresas estadounidenses evalúan realizar inversiones directas en energía, minería y tecnología, condicionadas a los resultados de las elecciones legislativas del 26 de octubre. "Nos van a salir dólares por las orejas", ironizó Milei antes de emprender el viaje.
El encuentro con Trump busca consolidar así una alianza estratégica de largo plazo, con impacto en la política exterior, la defensa regional y el respaldo financiero. Un paso más en la construcción de la nueva narrativa internacional que Milei pretende imprimirle a su gobierno: la de una Argentina alineada con Occidente y con un lugar destacado en el nuevo tablero geopolítico.