El presidente Javier Milei ha tomado una postura firme contra los organismos internacionales, argumentando que estos representan una élite que busca controlar las decisiones de las naciones soberanas. Su administración ha iniciado un proceso de desvinculación de importantes entidades globales, siguiendo una línea similar a la de líderes como Donald Trump en Estados Unidos.
Salida de la OMS y la posible retirada del acuerdo de París
Uno de los primeros pasos concretos en esta estrategia fue el anuncio de la salida de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta decisión se enmarca en la desconfianza del mandatario hacia los organismos supranacionales, a los que acusa de ejercer un control excesivo sobre los gobiernos nacionales.
En la misma línea, Milei expresó su intención de retirar al país del Acuerdo de París, el tratado internacional destinado a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el presidente, las políticas ambientales impulsadas por estos acuerdos constituyen "un verdadero fraude", lo que refuerza su postura negacionista respecto al cambio climático.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la mira
Otro organismo que podría estar en la lista de desvinculación es el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Argentina no participó en la última sesión en la que se discutieron violaciones a los derechos humanos en el Congo, una acción que siguió la línea adoptada por Estados Unidos. Desde la Casa Rosada dejaron entrever que esta ausencia podría ser un indicio de un futuro alejamiento de este organismo.
Milei ha criticado en reiteradas ocasiones a la ONU, argumentando que se ha apartado de sus principios fundacionales y se ha convertido en un intento de establecer un "Gobierno supranacional". Según el presidente, no es aceptable que un reducido grupo de personas dicte políticas que afectan a miles de millones de ciudadanos en todo el mundo.
Tensiones con la OEA y el Mercosur
La Organización de Estados Americanos (OEA) tampoco ha estado exenta de críticas. Milei se mostró especialmente molesto con el organismo tras su decisión de no condenar el fraude electoral en Venezuela, lo que llevó al mandatario a calificar de "cómplices" a quienes se opusieron a esa postura.
El Mercosur, por su parte, ha sido otro foco de conflicto para el gobierno libertario. Si bien Milei asistió a la cumbre en Uruguay donde Argentina recibió la Presidencia Pro Tempore del bloque, dejó claro su descontento con la estructura del organismo, al que considera una "prisión" que limita la libertad comercial de sus miembros. Sin embargo, a pesar de las tensiones, Argentina sigue participando en las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
La Integración en el G20 y el G7: Un Contraste en la política exterior
A pesar de su distanciamiento de varios foros internacionales, Milei ha mantenido una actitud diferente con el Grupo de los 20 (G20) y el Grupo de los 7 (G7). Su participación en estas cumbres, especialmente tras la invitación de la primera ministra italiana Giorgia Meloni al G7, demuestra que el presidente argentino no está en contra de toda cooperación internacional, sino de aquellas entidades que considera contrarias a sus principios libertarios.
Incluso, el mandatario planea la creación de una "Liga de Naciones Conservadoras", un bloque que agruparía a países con gobiernos de derecha como Estados Unidos, Israel, Bulgaria y El Salvador, con el objetivo de fomentar políticas alineadas con su visión ideológica.
¿Hacia una nueva estrategia geopolítica?
La política exterior de Javier Milei se perfila como una de las más disruptivas en la historia reciente de Argentina. Su rechazo a los organismos internacionales tradicionales y su apuesta por nuevas alianzas con gobiernos afines sugiere un cambio drástico en la diplomacia argentina.
Sin embargo, esta estrategia también plantea desafíos significativos, desde el aislamiento en foros clave hasta el impacto en acuerdos comerciales y ambientales. En un mundo globalizado, la pregunta que queda es si esta política fortalecerá la autonomía del país o si, por el contrario, podría generar consecuencias económicas y diplomáticas adversas a largo plazo.