Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), atraviesa horas críticas en el marco de la investigación que lo involucra. En medio de una nueva tanda de allanamientos ordenados por el fiscal Franco Picardi, sus abogados Ignacio Rada Schultze y Juan Araoz Lamadrid presentaron la renuncia a su defensa, dejándolo en una situación de mayor vulnerabilidad.
El viernes, los procedimientos incluyeron el domicilio de Spagnuolo en Pilar y la vivienda de Daniel Garbellini, otro ex funcionario de la Andis. Sin embargo, el operativo más resonante se llevó a cabo en una sucursal del Banco Francés, donde la Policía halló 80 mil dólares y 2 mil euros en una caja de seguridad a nombre del ex funcionario. En su última declaración jurada, Spagnuolo había consignado apenas 25 mil dólares y un patrimonio total de $80,9 millones.
El quiebre con sus abogados venía gestándose desde hacía días. Spagnuolo, que vive en un clima de paranoia y desconfianza, llegó a poner intermediarios para comunicarse con su defensa. La ruptura se aceleró luego de que sospechara de filtraciones. A ello se sumó un factor económico: versiones judiciales señalan que no estaba en condiciones de afrontar los honorarios de penalistas de peso en Comodoro Py.
En ese contexto, comenzó un "casting" de abogados. Dos defensores reconocidos fueron sondeados, aunque las negociaciones no prosperaron: uno de ellos pidió un pago millonario por adelantado, condición que fue rechazada de inmediato. Mientras tanto, allegados al ex funcionario buscan fondos para costear una nueva estrategia legal.
Spagnuolo se muestra reacio a ampliar su círculo y evita comunicaciones telefónicas. Según su entorno, aún no evalúa la posibilidad de convertirse en arrepentido, pese a los rumores que circularon en Tribunales. La investigación continúa bajo secreto de sumario y los allanamientos no habrían concluido.
En paralelo, un video lo mostró cenando con la vicepresidenta Victoria Villarruel en Pilar. Aunque él minimizó la filtración, reconoció su vínculo de larga data con la funcionaria.
Acorralado por las pruebas, quebrado en lo emocional y sin respaldo político, Spagnuolo repite en su intimidad: "Me dejaron solo, me quieren tirar a la parrilla".