Los trabajadores del Senado provincial sostienen un plan de lucha el que lejos de menguar, se profundiza con el correr de los días. El conflicto, que se originó por una serie de reclamos salariales y laborales, apunta principalmente a la obtención de un bono de fin de año de 500 mil pesos, que los empleados exigen sea abonado en dos cuotas. A esto se suma la demanda de modificar el sistema de cálculo por antigüedad y avanzar en mejoras estructurales que garanticen condiciones dignas y seguras dentro del ámbito laboral.
Juan Nieva, secretario general del gremio que nuclea a los trabajadores legislativos, detalló que las medidas de fuerza responden a la falta de avances en las negociaciones con las autoridades de la Cámara Alta. Según explicó, el pedido del bono surge como un intento de recomponer en parte el poder adquisitivo del personal frente al impacto de la inflación y el deterioro de los salarios reales. "Los trabajadores vienen sosteniendo una pérdida constante frente al aumento del costo de vida y necesitan una respuesta inmediata", señaló.
El dirigente remarcó también que el reclamo por la antigüedad constituye otro punto clave del conflicto. Actualmente, el sistema vigente —afirman desde el gremio— no refleja adecuadamente los años de servicio ni la trayectoria del personal legislativo. Por ello, exigen una revisión integral que permita actualizar el cálculo y mejorar la escala de remuneraciones, especialmente en los sectores con mayor carga horaria y responsabilidad administrativa.
En paralelo, los empleados del Senado manifestaron su preocupación por las condiciones edilicias y de infraestructura. Entre los planteos recurrentes aparecen problemas de mantenimiento, fallas en sistemas de climatización y espacios de trabajo que no cumplen con los estándares básicos de comodidad y seguridad laboral. "No se trata solo de un reclamo salarial; estamos pidiendo que se respete el derecho a trabajar en un ambiente adecuado", agregó Nieva.
Las medidas de fuerza incluyen asambleas permanentes, quite de colaboración y retención de tareas, acciones que han generado demoras en diferentes áreas internas del Senado. Sin embargo, desde el gremio sostienen que la intención no es afectar el normal funcionamiento institucional, sino visibilizar la urgencia de sus demandas. "Estamos abiertos al diálogo y a encontrar una salida consensuada, pero necesitamos que las autoridades se sienten a negociar con propuestas concretas", insistió el secretario general.
Hasta el momento, los trabajadores no recibieron una respuesta formal por parte de los responsables de la Cámara Alta. Mientras tanto, el malestar crece entre los empleados, quienes advierten que el plan de lucha podría endurecerse si no hay avances en el corto plazo. La expectativa está puesta en las próximas horas, cuando podrían concretarse nuevas instancias de diálogo o, en caso contrario, definirse medidas más contundentes.
Para los trabajadores, la situación no admite más dilaciones. Aseguran que el bono solicitado es indispensable para afrontar los gastos de fin de año y que la modificación del ítem antigüedad es una deuda histórica de la institución. En este contexto, la continuidad del conflicto dependerá directamente de la voluntad política y administrativa de las autoridades para brindar respuestas satisfactorias.