La presidenta del Senado, Victoria Villarruel, y su equipo trabajan intensamente en encontrar una solución respecto al congelamiento de las dietas legislativas. La medida actual, aprobada en agosto y que fija las dietas en $7 millones, expira el 31 de diciembre, lo que plantea la necesidad de definir si se mantendrá la limitación o si los sueldos alcanzarán los $9,5 millones.
Posibles escenarios para mantener el congelamiento
Ante el inminente vencimiento, el equipo de Villarruel explora dos alternativas para extender el congelamiento de las dietas de los senadores:
Acuerdo entre bloques parlamentarios: Se busca que la mayoría de los presidentes de bloques firmen una nota conjunta respaldando la continuidad del congelamiento. Este acuerdo implicaría que los senadores no percibirán aumentos vinculados al nuevo valor del módulo. De concretarse, la resolución sería ratificada en sesiones extraordinarias, si son convocadas, o durante la sesión preparatoria de febrero.
Resolución unilateral de la presidencia: De no lograrse consenso entre los bloques, Villarruel podría emitir una resolución unilateral para mantener el congelamiento. Esta medida requeriría ratificación por parte del recinto en la siguiente sesión oficial.
El contexto político y las críticas
El debate se intensifica tras las críticas del presidente Javier Milei, quien desde Tucumán cuestionó el supuesto aumento en las dietas senatoriales, destacando los recortes implementados en la Cámara de Diputados bajo la presidencia de Martín Menem. Mientras tanto, los senadores libertarios, liderados por Ezequiel Atauche, buscan sumar apoyos para un proyecto de ley que garantice el congelamiento, aunque reconocen su posición minoritaria en el Senado.
Impacto de las dietas en la economía legislativa
Actualmente, los ingresos de un senador, que incluyen dieta y gastos de representación, superan los $7 millones mensuales. En algunos casos, este monto aumenta debido al pago por desarraigo, especialmente para legisladores del interior del país. Si no se renueva la resolución de congelamiento, las dietas podrían incrementarse hasta $9,5 millones, generando una brecha aún mayor respecto a los haberes de la vicepresidenta Villarruel, que percibe $2,4 millones mensuales.
Proyección y próximos pasos
La decisión final sobre las dietas legislativas dependerá del consenso que se logre entre los bloques parlamentarios. Desde la presidencia del Senado, Villarruel busca una solución que equilibre las demandas políticas con las expectativas de la opinión pública, en un contexto de ajuste económico que afecta a gran parte de la población.
En caso de que no se logren acuerdos, la resolución unilateral sería el último recurso para evitar un aumento que podría generar más tensiones políticas y sociales. La decisión que se adopte en las próximas semanas marcará un precedente en la administración del Senado y en la relación con la ciudadanía.