A 50 años del Rodrigazo: ajuste salvaje, caos social y el día en que todo estalló
A medio siglo del "Rodrigazo", el ajuste económico más brutal de la historia argentina, se revive el caos de 1975: inflación descontrolada, crisis política, violencia armada y un país que se hundía mientras un ministro pedía austeridad.

El 4 de junio de 1975, una fecha emblemática para el peronismo, la Argentina presenció el inicio de uno de los momentos más caóticos de su historia: el Rodrigazo. Ese día, el flamante ministro de Economía Celestino Rodrigo anunció un paquete de medidas que desató una crisis sin retorno: devaluación del 150%, aumentos de más del 100% en tarifas y combustibles, y una recomposición salarial insuficiente frente al desborde inflacionario.

Rodrigo, un funcionario sin mayor peso político, había asumido dos días antes con el respaldo de José López Rega, el poderoso ministro del "ala dura" del gobierno de Isabel Perón. El país, ya convulsionado por la crisis económica, la caída del PBI, el déficit fiscal y una violencia política creciente, reaccionó con estupor. Las góndolas se vaciaron, los sindicatos se rebelaron y la clase media fue condenada al abismo.

Un país en llamas: inflación, violencia y descontrol

En el telón de fondo del Rodrigazo, Argentina vivía una espiral sin freno. A la inflación del 40% anual, se sumaban una caída del 6% del PBI y un déficit fiscal del 25%. La violencia política completaba el cuadro: desde la muerte de Perón en julio de 1974, se contabilizaban más de 400 víctimas, en un país atravesado por atentados del ERP, Montoneros y otras agrupaciones armadas.

Rodrigo no era ajeno a esa lógica de dureza: defendía la supresión de la sociedad de consumo y la eliminación de la clase media. Sus medidas fueron inmediatas y devastadoras.

Una palabra que quedó para siempre: "Rodrigazo"

En el Congreso, el diputado Juan Carlos Cárdenas bautizó aquel combo de anuncios como el "Rodrigazo", un término que se transformó en sinónimo de ajuste extremo. Las reacciones no tardaron: cacerolazos, saqueos preventivos, y un clima de tensión social creciente.

El sindicalismo, dividido y presionado, osciló entre la resistencia y la conciliación. Lorenzo Miguel, líder de la UOM, escapó al exterior. El 27 de junio, la Plaza de Mayo se llenó de trabajadores pidiendo aumentos y exigiendo la salida de López Rega y Rodrigo.

Renuncias, paros y una crisis sin conducción

El gabinete completo presentó su renuncia. El Gobierno intentó frenar la crisis con un aumento salarial del 80% en tres cuotas, fuera de las paritarias, lo que terminó de incendiar el frente gremial. La CGT convocó un paro general de 48 horas, el primero contra un gobierno peronista.

Celestino Rodrigo duró apenas 49 días en el cargo. Fue reemplazado por Pedro Bonani, y luego por una sucesión de ministros sin rumbo. El deterioro institucional fue tal que el 11 de julio, López Rega también debió dejar el país. Isabel Perón quedó aislada, sin control de la economía ni del orden político.

Final anunciado

La crisis económica y la descomposición del poder desembocaron en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Rodrigo fue arrestado por malversación, liberado en 1980 y falleció en 1987. Su nombre quedó grabado a fuego como símbolo del ajuste más feroz y del fracaso rotundo de una dirigencia sin respuestas.

A 50 años, el Rodrigazo sigue siendo una advertencia: cuando el ajuste ignora el tejido social, la historia no se repite... pero rima.