Alerta de pediatras por un problema en los embarazos que causa enfermedades
La Sociedad Argentina de Pediatría advierte sobre los efectos del consumo de sustancias psicoactivas durante la gestación. El daño puede afectar múltiples órganos del bebé, incluso antes de nacer. Llaman a un abordaje integral y sin estigmas.

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) difundirá este lunes un documento en el que alerta sobre las consecuencias del consumo de sustancias psicoactivas durante el embarazo. El texto, elaborado por el Comité de Estudios Fetoneonatales y el Grupo de Consumos Problemáticos de la entidad, detalla los daños que estas sustancias pueden causar en el desarrollo fetal y en la vida posterior del recién nacido, incluyendo la posibilidad de muerte súbita.

"Desde la concepción y durante toda la gestación, el consumo de sustancias psicoactivas —como alcohol, marihuana, cocaína, éxtasis o LSD— afecta el desarrollo de la organogénesis", advierte el documento. Entre los sistemas más comprometidos se encuentran el nervioso central, el cardiovascular, el renal y el cutáneo.

Daños antes y después del parto

Según el informe, no existe una "dosis segura" en este tipo de consumos, y las consecuencias pueden ir desde restricción del crecimiento intrauterino, abortos y partos prematuros, hasta eclampsia y complicaciones obstétricas graves.

La SAP también destaca que muchas de estas sustancias "son psicotrópicas y pueden atravesar fácilmente tanto la barrera placentaria como la leche materna", lo que implica riesgos postnatales directos para el lactante.

Entre los efectos más graves, los especialistas mencionan alteraciones del neurodesarrollo, infecciones neonatales, anomalías en el perímetro cefálico y en la talla, y en algunos casos, la aparición del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Policonsumismo y otras vulnerabilidades

El documento también señala la frecuencia del policonsumo, en especial la combinación de drogas ilegales con sustancias legales como el tabaco y el alcohol. A esto se suman las conductas de riesgo asociadas, como la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual, entre ellas VIH y hepatitis B o C.

En todos estos casos, los recién nacidos presentan un alto riesgo de sufrir afecciones médicas, psicológicas y del desarrollo.

Acompañamiento integral y sin estigmas

La SAP subraya la necesidad de un abordaje multidisciplinario, que involucre a áreas como ginecología, obstetricia, neonatología, pediatría, toxicología, salud mental y trabajo social. La atención, además, debe contemplar una perspectiva de género y no punitiva, para generar condiciones de acompañamiento y cuidado durante el embarazo, el parto y la crianza.

"Para una persona con esta problemática, asumir la crianza puede ser una oportunidad de transformación", concluye el documento. "Contar con equipos de salud capacitados que aborden la situación de manera integral es fundamental para proteger a madres y bebés".