El descenso sostenido del nivel del Dique Las Pirquitas, ubicado en el departamento Fray Mamerto Esquiú, genera creciente preocupación entre las autoridades y la comunidad. La falta de lluvias en las zonas de montaña y la escasa recarga de los cauces que alimentan al embalse encendieron las alarmas sobre el abastecimiento de agua para riego y consumo urbano.
El director de Riego de la provincia, Javier Castro, confirmó que las últimas precipitaciones "no fueron suficientes para compensar la bajante del dique", aunque ayudaron a que "la pérdida de nivel no fuera más pronunciada". En diálogo con Radio Valle Viejo, el funcionario remarcó que "es fundamental que aumenten los índices de lluvia, especialmente en las cuencas de montaña, porque de allí depende la recuperación de los diques".
Castro explicó que el Dique Las Pirquitas tiene una cuota máxima a nivel de vertedero de 15 metros, pero que actualmente se encuentra por debajo de ese nivel crítico. "Todos sabemos que este dique trabaja con una válvula que se conecta con el Acueducto y con otra que alimenta el sistema de riego para Fray Mamerto Esquiú, Valle Viejo y Las Colonias. Todo ese circuito depende de Pirquitas, al igual que gran parte del suministro para la Capital. Por eso, todas las miradas están puestas ahí", advirtió.
La situación no es exclusiva de Las Pirquitas: el déficit hídrico afecta a todos los embalses de la provincia. Según los registros oficiales, el Dique La Cañada se encuentra un metro por debajo del vertedero; Sumampa, también un metro; Collagasta, en el departamento El Alto, registra una bajante de cinco metros; Motegasta, en La Paz, cuatro metros; Ipizca, ocho metros y medio; y El Bolsón, también en El Alto, siete metros por debajo del nivel de vertedero.
Ante este panorama, la Dirección de Riego evalúa posibles restricciones en el uso del agua para riego, especialmente si las condiciones meteorológicas no mejoran en el corto plazo. "Si no llueve, esto se va a complicar", advirtió Castro, al tiempo que destacó que las lluvias de mayor intensidad podrían recién llegar a fines de diciembre, lo que incrementa la urgencia de tomar medidas preventivas.
La combinación de altas temperaturas, baja humedad y falta de precipitaciones sostenidas configura un escenario preocupante para la próxima temporada estival. Los productores agropecuarios, principales usuarios del sistema de riego, ya expresaron su inquietud ante la posibilidad de una reducción en el caudal disponible.
El descenso del Dique Las Pirquitas no solo compromete la actividad agrícola sino también el suministro de agua potable para las localidades del Valle Central, donde vive una gran parte de la población catamarqueña. Las autoridades provinciales esperan que las lluvias del próximo ciclo logren revertir la tendencia, pero admiten que si el régimen pluvial no se normaliza, será necesario aplicar un esquema de uso racional del recurso.
La crisis hídrica vuelve a poner en evidencia la necesidad de políticas de gestión sostenible del agua y de infraestructura que permita aprovechar mejor los períodos de lluvias. Mientras tanto, el espejo de Las Pirquitas sigue bajando y la advertencia de los técnicos es clara: si el cielo no se abre, la situación podría volverse crítica en las próximas semanas.