Cómo hacer mermelada de durazno para aprovechar las ofertas de temporada
Esta preparación permite usar esta fruta que tiene su cosecha durante el verano en Argentina. El paso a paso.

Cuando el verano llega a su punto máximo, los mercados y verdulerías se llenan de duraznos en su mejor momento. Dulces, jugosos y aromáticos, estos frutos son una de las joyas de la estación y, muchas veces, se consiguen a precios más accesibles. Aprovechar esta abundancia para hacer mermelada casera es una excelente manera de extender su disfrute más allá de la temporada y de garantizar un producto sin conservantes ni aditivos innecesarios.

La mermelada de durazno es un clásico de la despensa y tiene la ventaja de ser sumamente versátil. No solo es perfecta para untar sobre pan o tostadas, sino que también puede usarse como relleno de tartas, para acompañar quesos o incluso en salsas agridulces para carnes. Su elaboración es sencilla y permite jugar con algunos agregados como canela, vainilla o jengibre, que realzan su sabor sin opacar la frescura del durazno.

Con pocos ingredientes y algo de paciencia, se logra un dulce casero que conserva toda la esencia del verano en un frasco. A continuación, una receta fácil para preparar en casa.

Mermelada de durazno casera (para 4 personas)

Ingredientes:

  • 1 kg de duraznos maduros
  • 500 g de azúcar
  • Jugo de 1 limón
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)

Preparación:

  • Lavar bien los duraznos, pelarlos y retirarles el carozo. Cortarlos en cubos pequeños.
  • Colocar los duraznos en una cacerola grande junto con el azúcar y el jugo de limón. Mezclar bien y dejar reposar unos 30 minutos para que la fruta libere su jugo.
  • Llevar la mezcla a fuego medio y cocinar, revolviendo ocasionalmente, hasta que la fruta se ablande y el azúcar se disuelva por completo.
  • Cuando la preparación comience a espesar (tras unos 30-40 minutos), revolver más seguido para evitar que se pegue. Si se desea una textura más homogénea, se puede procesar con una minipimer.
  • Agregar la esencia de vainilla, mezclar bien y cocinar unos minutos más hasta obtener la consistencia deseada. Para comprobar si está lista, colocar una pequeña cantidad en un plato frío: si al pasar el dedo se forma un surco que no se une de inmediato, la mermelada está en su punto.
  • Retirar del fuego y envasar en frascos esterilizados. Tapar y dejar enfriar boca abajo para generar el vacío.
  • Conservar en la heladera una vez abierto y disfrutar en desayunos, postres o como más guste.