La situación de los delfines que permanecen en el predio del ex Aquarium Mar del Plata, cerrado desde marzo pasado, derivó en una denuncia penal presentada por el intendente Guillermo Montenegro por presunto maltrato y abandono. Las imágenes que circularon en redes sociales mostraban aguas turbias en los piletones donde aún viven diez delfines, lo que generó alarma sobre sus condiciones de cuidado.
Desde la firma Dolphin, a cargo del emprendimiento turístico durante tres décadas, rechazaron las acusaciones. Alejandro Saubidet, biólogo y director científico, afirmó que los animales "se encuentran en buen estado de salud" y que continúan bajo supervisión de un equipo de 24 personas, entre cuidadores, entrenadores, veterinarios y técnicos.
Las críticas se centraron en el color verdoso del agua. Saubidet explicó que se trata de microalgas que proliferan con la temperatura constante de 20°C, y aclaró que durante los shows el agua se mantenía más clara para favorecer la visibilidad del público.

En un comunicado, la empresa detalló que los delfines reciben diariamente 160 kilos de alimento entre pescado, frutas y balanceados, y que el agua es sometida a controles químicos y bacteriológicos como parte del protocolo habitual. También destacó que los animales restantes —lobos marinos, lémures y pingüinos— están bajo cuidado, mientras que otros ya fueron reubicados en distintos centros, dado que nacieron en cautiverio y no podrían sobrevivir en el mar.
La denuncia del intendente motivó una inspección de la Dirección de Zoonosis municipal, que este domingo recorrió las instalaciones y verificó el estado de los animales. La evaluación continuará en los próximos días.
En paralelo, la empresa confirmó que los delfines tienen destino previsto en alguno de los 21 parques que Dolphin administra en Centroamérica, Estados Unidos e Italia. Sin embargo, aclaró que el traslado requiere cumplir con trámites burocráticos y una compleja logística. El plan principal contempla un chárter aéreo directo desde Mar del Plata; como alternativa, se evalúa el traslado terrestre hasta Buenos Aires y desde allí el vuelo internacional.
Finalmente, la firma acusó que las imágenes que generaron la polémica fueron tomadas por intrusos que ingresaron al predio, según habrían registrado las cámaras de seguridad del lugar.