Dos fallecimientos por hantavirus en menos de siete días generan alarma en Chubut y Neuquén
Falleció en el paraje El Pedregoso, en las cercanías de Epuyén. Las autoridades activaron el protocolo de aislamiento para las personas que fueron contacto estrecho

La Patagonia argentina atraviesa un nuevo brote de hantavirus, con la confirmación de dos muertes en menos de una semana. La más reciente ocurrió en el paraje El Pedregoso, cerca de Epuyén, provincia de Chubut, donde una mujer de aproximadamente 30 años falleció tras contraer la enfermedad viral transmitida por roedores. Este caso se suma al de Oscar Fabián Tripailaf, un hombre de 38 años de San Martín de los Andes, Neuquén, quien murió días antes por el mismo virus.

Ambos casos encendieron las alarmas en las autoridades sanitarias, que activaron de inmediato los protocolos de aislamiento y monitoreo epidemiológico. En total, dieciséis personas permanecen aisladas: seis por el caso de Chubut y diez vinculadas al paciente de Neuquén.

Oscar Fabián Tripailaf, quien ingresó el 8 de abril con síntomas compatibles con la enfermedad al Hospital Ramón Carrillo.

Qué es el hantavirus y cómo se transmite en la región patagónica

El hantavirus es una enfermedad viral aguda grave que se propaga principalmente por el contacto con excrementos, saliva u orina de roedores silvestres infectados, especialmente el ratón colilargo, habitual en zonas rurales del sur argentino.

En la Patagonia andina, la cepa más frecuente es la variante Andes, con la particularidad de que puede transmitirse de persona a persona, algo que no ocurre con otras cepas presentes en el país. Este factor convierte a cada nuevo caso en un potencial foco de contagio, por lo que la respuesta sanitaria debe ser rápida y rigurosa.

La transmisión suele producirse en entornos rurales, galpones, cabañas o lugares cerrados infestados, o al desarrollar actividades recreativas o laborales en zonas de riesgo. El virus puede ingresar al organismo por inhalación de partículas contaminadas, lo que lo vuelve especialmente peligroso en ambientes mal ventilados.

 

Síntomas del hantavirus y cómo actuar ante una posible infección

El período de incubación del hantavirus puede extenderse de una a seis semanas, y en su fase inicial se manifiesta con síntomas similares a una gripe o infección viral común: fiebre alta, dolor muscular, náuseas, vómitos y malestar abdominal.

Sin embargo, en los casos más graves, la enfermedad evoluciona rápidamente hacia un síndrome pulmonar por hantavirus (SCPH), caracterizado por dificultades respiratorias severas, acumulación de líquidos en los pulmones e insuficiencia respiratoria. La tasa de mortalidad puede alcanzar entre el 30% y el 50%, dependiendo de la cepa y la rapidez del diagnóstico.

Por este motivo, el Ministerio de Salud recomienda que cualquier persona que haya estado en zonas de riesgo y presente síntomas compatibles consulte de inmediato al sistema de salud, evitando la automedicación y el contacto con otras personas hasta descartar el virus.

 

Reacción sanitaria: aislamiento, protocolos y monitoreo comunitario

En ambos casos, los sistemas de salud de Chubut y Neuquén activaron protocolos de contención epidemiológica, que incluyen el aislamiento de contactos estrechos, monitoreo de síntomas y acompañamiento psicológico a las familias afectadas.

El hospital local de El Bolsón y el Ministerio de Salud neuquino informaron que los aislados se encuentran bajo observación permanente, y se les realiza seguimiento domiciliario con medidas preventivas estrictas. El caso de Tripailaf es especialmente complejo, ya que participó en una competencia deportiva durante el período de incubación, por lo que se trabaja en identificar todas las posibles fuentes de contagio.

 

Hantavirus en Argentina, una amenaza vigente que exige prevención y respuesta inmediata

Las recientes muertes por hantavirus en Chubut y Neuquén refuerzan la necesidad de reforzar la prevención, la concientización y el control sanitario en las regiones endémicas. La circulación del virus Andes, capaz de transmitirse entre humanos, convierte cada caso en un riesgo comunitario que debe ser atendido con urgencia.

La vigilancia epidemiológica, el conocimiento de los síntomas y la intervención temprana son claves para reducir la letalidad del hantavirus en Argentina. En tiempos donde el sistema de salud enfrenta múltiples desafíos, la prevención de enfermedades zoonóticas como esta es una prioridad que requiere articulación entre el Estado, las comunidades rurales y el personal médico.