Una tragedia conmociona al barrio porteño de Villa Devoto, donde cuatro integrantes de una familia murieron y un bebé se salvó milagrosamente tras una presunta intoxicación por monóxido de carbono. El hecho ocurrió apenas un día después de que parte del grupo regresara al país desde Italia.
Las víctimas fatales fueron Graciela Just (74), su esposo Demetrio De Nastchokine (79), su hijo Andrés De Nastchokine (43), la pareja de este, Marie Lanane (42, de nacionalidad francesa), y su hija Elisa De Nastchokine, de solo 4 años.
El único sobreviviente fue Milk, el hijo menor de Andrés y Marie, de un año y medio, quien fue trasladado de urgencia al Hospital Zubizarreta, donde permanece fuera de peligro. Se estima que el niño logró sobrevivir porque se encontraba en una habitación con mejor ventilación o menor concentración del gas.
El lunes, Andrés, Marie y sus dos hijos habían aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza tras regresar de un viaje por Italia. En la terminal fueron recibidos por Graciela y los hermanos de Andrés, Alejandro y Maia De Nastchokine. De hecho, Alejandro compartió en sus redes sociales una imagen del reencuentro familiar.
Más tarde, la familia se dirigió a la casa de Graciela, en Villa Devoto, donde los esperaba Demetrio, el abuelo. Allí, durante la madrugada, ocurrió el fatal desenlace.
La vivienda estaba totalmente cerrada, una situación habitual en días de bajas temperaturas pero extremadamente riesgosa si hay una fuga de monóxido de carbono, un gas letal que no tiene olor ni color y puede causar la muerte en minutos.
Según informaron fuentes médicas, el monóxido actúa rápidamente al combinarse con la hemoglobina de la sangre y provocar un paro respiratorio. "El monóxido es el asesino silencioso. No tiene olor, no se ve. Es fundamental actuar rápido: abrir ventanas, salir afuera. Eso salva vidas", explicó Alberto Crescenti, titular del SAME, en diálogo con TN.
Las autoridades investigan ahora el origen de la fuga, mientras la comunidad lamenta una tragedia que pone nuevamente en agenda la necesidad de extremar los cuidados con los artefactos de calefacción durante el invierno.