El regreso de los nombres clásicos marcó un cambio entre los padres que buscan opciones con historia, pero que suenen modernas y sofisticadas. En ese contexto, los nombres griegos ganan terreno por su conexión con la belleza, la inteligencia y la fuerza interior.
Helena, de origen griego antiguo (Helénē), significa "la que resplandece" o "la que brilla como una antorcha". En la mitología, Helena de Troya fue considerada la mujer más bella del mundo, símbolo de encanto y magnetismo.
Más allá de su historia, el nombre transmite una energía luminosa y femenina, ideal para quienes buscan equilibrio entre lo clásico y lo actual. Además, tiene variantes internacionales y se adapta con facilidad a los apellidos argentinos.
Con su sonido suave y universal, Helena comparte protagonismo con otros nombres de moda como Olivia, Alma y Chloe, consolidándose como una de las elecciones preferidas para las nuevas generaciones.