¿Alguna vez te costó mucho limpiar los vidrios y quedaron con manchas o marcas? No te preocupes, ¡tenés un truco simple, económico y que realmente funciona! La mejor parte es que no necesitás productos caros ni químicos agresivos. Solo vas a usar dos cosas que seguramente tenés en casa: vinagre blanco y papel de diario o servilletas descartables.
El vinagre blanco es un desengrasante natural que ayuda a eliminar la suciedad, las manchas y las marcas de los dedos en un abrir y cerrar de ojos. Además, al ser un producto no abrasivo, no raya ni daña los vidrios, así que podés limpiar con confianza.
¿Cómo hacerlo? Aquí te comparto los pasos:
- Humedecé un paño limpio con vinagre blanco. Si querés que tenga un olor más suave, podés diluirlo con un poquito de agua.
- Pasá el paño por toda la superficie del vidrio, asegurándote de cubrir bien los bordes y rincones.
- Inmediatamente después, secá el vidrio con papel de diario o servilletas descartables en movimientos circulares.
- Si todavía quedan zonas húmedas o marcas, repetí el secado con una hoja limpia.
- ¡Y listo! Disfrutá de unos vidrios relucientes, sin vetas ni rayones.
Este truco es perfecto para mantener tus ventanas siempre en buen estado, sin gastar mucho y sin esfuerzo. ¡Probalo y sorprendete con el resultado!