En un operativo de fiscalización de rutina, pero de trascendental importancia para la seguridad pública, las autoridades de control vial y de transporte detectaron esta mañana un caso de alcoholemia positiva en un conductor profesional de la Terminal de Ómnibus de la Capital. El incidente pone de relieve la criticidad de los controles preventivos y subraya el riesgo al que potencialmente estuvieron expuestos los pasajeros.
La acción fue ejecutada de manera coordinada por la Secretaría de Transporte, dependiente del Ministerio de Integración Regional, Logística y Transporte, en colaboración estrecha con la Dirección Provincial de Seguridad Vial, un organismo clave dentro del Ministerio de Seguridad. El procedimiento se desarrolló en las primeras horas de la mañana, enfocándose en verificar las condiciones operativas y el estado físico de los choferes antes de iniciar sus recorridos de media y larga distancia.
El procedimiento y las consecuencias inmediatas
El resultado del control fue contundente y activó de inmediato el protocolo de emergencia establecido para estos casos. El test de alcoholemia realizado a un conductor perteneciente a la empresa de transporte de pasajeros identificada como GM arrojó un resultado positivo. Aunque no se precisó el nivel exacto de alcohol en sangre detectado, la sola constatación de la presencia de alcohol constituye una falta gravísima en el ámbito del transporte profesional de pasajeros, donde rige la tolerancia cero.
Ante esta clara violación a la normativa vigente que prioriza la seguridad de los usuarios, los organismos intervinientes actuaron sin dilaciones. En el lugar, se procedió al labrado del acta de infracción correspondiente, detallando las circunstancias del hallazgo. La medida más drástica, y crucial para garantizar la seguridad inmediata, fue la retención de la licencia habilitante del conductor, impidiéndole continuar con sus funciones al volante.
La rápida y efectiva intervención en este caso evitó que un conductor con sus capacidades alteradas se pusiera al frente de una unidad cargada de pasajeros, minimizando un riesgo potencial de accidente de consecuencias incalculables.
Continuidad de los controles
Desde el Ministerio de Integración Regional, Logística y Transporte se emitió un comunicado reafirmando la postura inflexible de la gestión respecto a la fiscalización del transporte público. La cartera ministerial destacó que la fiscalización y el control permanente del sector representan ejes prioritarios de su política.
"Nuestro principal objetivo es el resguardo de la seguridad de los miles de usuarios que utilizan el transporte público día a día, así como garantizar el estricto cumplimiento de la normativa vigente. No habrá contemplaciones con aquellos que pongan en riesgo la vida de terceros", señalaron fuentes del Ministerio.
Este compromiso se traduce en la promesa de continuidad de estos operativos de control. Las autoridades confirmaron que estos procedimientos conjuntos no serán hechos aislados, sino que se mantendrán y se intensificarán en distintos puntos de la Capital, abarcando no solo la Terminal de Ómnibus, sino también cabeceras, puntos de ascenso y descenso, y rutas estratégicas.
Finalmente, el éxito de la detección fue atribuido al trabajo articulado y coordinado entre dependencias de distintos ministerios. Se puso especial énfasis en destacar la colaboración activa de la Dirección Provincial de Seguridad Vial, que aporta el recurso técnico y humano especializado en la detección de infracciones viales.
La sinergia entre la Secretaría de Transporte, encargada de la regulación y fiscalización de las concesiones, y la Dirección de Seguridad Vial, experta en la aplicación de la Ley Nacional de Tránsito, resulta fundamental para sostener un esquema de control robusto y eficaz. Esta alianza institucional es el pilar para garantizar que las empresas de transporte cumplan con los más altos estándares de seguridad y que la "tolerancia cero" al alcohol al volante no sea solo una norma, sino una realidad operativa en todas las rutas y terminales de la provincia.