Entronizan imagen del Beato Esquiú en la Basílica de Buenos Aires
La histórica ceremonia se desarrolló en el templo en el que el fraile catamarqueño fue consagrado el Obispo de Córdoba en 1880.

El  pasado domingo, día de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, en Buenos Airse celebró la entronización de una imagen del Beato Mamerto Esquiù, hecho que se dio en el marco de una celebración eucarística en la Basílica San Francisco de Buenos Aires.

La misa fue presidida por Fray Pablo Reartes, Secretario de la Comisión Provincial Pro Canonización del Beato Mamerto Esquiú, quien en su homilía hizo hincapié en el amor y devoción que Fray Mamerto le tenía a la Virgen del Valle.  Fue compartiendo expresiones del Beato, indicando que "cuando Esquiú fue consagrado Obispo de Córdoba en esta Basílica San Francisco de Buenos Aires, el 12 de diciembre de 1880, escribió: 'Consagración Episcopal del indignísimo sacerdote en la Iglesia de N. Padre S. Francisco de Buenos Aires'".

También refirió algunos textos y oraciones del Beato como: 'El Señor me perdone y ponga remedio. Adoro y doy gracias a la Santísima Trinidad por la Inmaculada. Concédame amarlo y bendecirlo eternamente. María, Madre de Dios; ruega a Jesús por mí'. Asimismo, comentó que "en su estadía en Jerusalén en 1877, Esquiú escribió: 'Apiadaos de mí, Señor, ten piedad de mi por el Corazón de Jesús, por la humildad y los dolores de María, vuestra Hija, vuestra Madre y vuestra Esposa'".

La Inmaculada Concepción

Siguiendo con su predicación Fray Pablo resaltó que "en su quinto sermón del 24 de septiembre de 1875 sobre la Reforma de la Constitución Provincial de Catamarca, titulado 'Omnia in ipso constant', escribía: 'Desde su misma cuna, el pueblo catamarqueño ha estado bajo la guarda de la Inmaculada Concepción, sensibilizada en esta imagen sagrada que lleva el dulce y hermoso nombre de Virgen del Valle. Esta fue para Catamarca el objeto de su fe y de su amor; repetidas veces fue jurada patrona de la Capital y provincia; y a través de tantos trastornos como se han sucedido de medio siglo a esta parte, ese amor aún subsiste, nuestra devoción y confianza en la Inmaculada Madre de Dios no han desmayado, y mucho menos su bondad y misericordia con nosotros. Hoy, pues, que se trata de un acto tan importante de la vida de este pueblo, os invito, señores, a que renovemos nuestro antiguo juramento de fe y amor a la Virgen del Valle, a que invoquemos su protección y la confesemos llena de gracia como es'".

Bendición de la imagen

Antes de la bendición final, los fieles se dirigieron a la entrada del templo, donde Fray José Enid Gutiérrez Olmos, rector de la Basílica, descubrió y bendijo la imagen del Beato Esquiú. Para ello leyó un texto del Ministro Provincial Fr. Emilio Andrada, sobre aspectos fundamentales de la vida de Fray Mamerto. 

Participaron de la ceremonia de bendición y entronización los Hermanos: Fr. Gerardo Vogel, Fr. Roque Vázquez, Fr. Pablo Scioti y Fr. Diego Figueroa, y la Fraternidad Seglar San Damián y numerosos fieles.  

Fray Pablo señaló que "un dato llamativo es que en el arreglo floral había rosas rojas y lirios blancos, éstos aparecen en el escudo episcopal de Esquiú, quien apreciaba estas flores". Y exhortó: "Pidamos a Dios por intercesión de la Virgen del Valle, para que pronto lo tengamos en los altares, proclamado como 'Santo' en todo el mundo".