El agua que utilizamos a diario —ya sea para beber, cocinar o higienizarnos— contiene minerales como calcio y magnesio, esenciales para el organismo pero también responsables de la formación de sarro cuando se acumulan en las superficies.
El sarro, una capa blanca y dura que suele aparecer en pavas, teteras o cañerías, es típico de las llamadas "aguas duras", aquellas con alta concentración mineral. Aunque a simple vista parece inofensivo, puede generar daños en electrodomésticos y, con el tiempo, algunos problemas de salud.
Efectos del sarro en la salud y el hogar
El agua con alto contenido de sarro puede deteriorar electrodomésticos como pavas eléctricas, teteras, termos o lavarropas, además de dejar residuos en la ropa y las superficies.
En el plano sanitario, los especialistas señalan que bañarse o consumir agua muy dura de forma prolongada puede provocar resequedad en la piel y el cuero cabelludo, y en casos más extremos, contribuir a la formación de cálculos renales por acumulación de minerales.
De todos modos, el sarro no es tóxico, aunque altera el sabor del agua y puede afectar su calidad con el tiempo. La prevención y limpieza frecuente son las claves para evitarlo.
Cómo eliminar el sarro de pavas, termos y botellas
Una forma eficaz y económica de mantener los recipientes libres de sarro es mediante el uso de vinagre blanco, un producto natural con propiedades ácidas y desinfectantes que ayudan a disolver los depósitos minerales.
Pasos para limpiar el sarro:
Colocar vinagre blanco dentro del recipiente y dejarlo reposar varias horas (o toda la noche, si el sarro es persistente).
En pavas eléctricas, hervir una mezcla de agua, vinagre y jugo de limón para remover los residuos.
En ollas o teteras, dejar actuar el vinagre y luego enjuagar con agua, detergente y una esponja.
Repetir el proceso de forma periódica para evitar nuevas acumulaciones.
Estas prácticas simples permiten mantener los utensilios en buen estado y reducir la exposición continua a minerales acumulados.