La espuma, o "espumita", que se forma en la superficie de la yerba mate, se debe a la presencia de saponinas, compuestos naturales que actúan de manera similar a los jabones. Estas sustancias generan burbujas en la superficie, creando la capa de espuma característica.
Más allá de su aspecto estético, la presencia de espuma en el mate es considerada por muchos como una señal de buena calidad del producto. En la cultura popular, algunos sostienen que un mate espumoso indica que está bien cebado y que la yerba es de buena calidad. Además, puede interpretarse como un signo de respeto y cariño hacia quien recibe el mate, ya que refleja un cebado cuidadoso y atento.
En definitiva, la formación de espuma en el mate es un fenómeno natural causado por las saponinas y puede ser vista como un indicador de un mate bien preparado, en contraste con el mate lavado, que carece de esta característica.
¿Para qué sirve la "montañita" en el mate?
La "montañita" en el mate no solo cumple una función estética; tiene un propósito práctico y estratégico en la preparación. Se trata de una pequeña elevación de yerba que se forma en el interior del recipiente, especialmente en aquellos de calabaza, que suelen ser más grandes.
Su principal función es prolongar la duración de la yerba, permitiendo que el mate se mantenga en condiciones óptimas por más tiempo. Para ello, se recomienda cebar el agua en la parte inferior del mate, en el agujero donde se encuentra la montañita, de modo que esta quede seca durante los primeros cebados. Con el tiempo, la montañita se irá derritiendo, aportando nuevos sabores y aromas a la infusión.
Es importante tener en cuenta que humedecer la yerba en exceso puede acelerar el lavado del mate y disminuir su sabor, afectando la experiencia de consumo. Por ello, la técnica de la montañita ayuda a mantener la calidad y el sabor del mate durante más tiempo.