Las fuerzas de seguridad federales y provinciales participaron este martes de una emotiva jornada religiosa dedicada a la Virgen del Valle, patrona y "Generala de la Policía de Catamarca". La ceremonia se desarrolló en el marco de las festividades anuales en su honor y convocó a una amplia representación de instituciones civiles y uniformadas que se dieron cita primero en la Plaza 25 de Mayo y luego en la Catedral Basílica.
El acto oficial comenzó con el izamiento de la bandera nacional en la plazoleta de la Bandera, un gesto que antecedió a la posterior misa y que fue encabezado por integrantes del Ejército Argentino. El homenaje buscó destacar el compromiso y la dedicación de quienes integran las fuerzas de seguridad en sus diferentes niveles, reconociendo el trabajo cotidiano orientado a resguardar a la comunidad, preservar el orden y garantizar la paz social en el territorio provincial.
Participaron autoridades del Ministerio de Gobierno, Seguridad y Justicia; representantes del Ejército Argentino; Policía Federal Argentina; Gendarmería Nacional; Policía de la Provincia; Servicio Penitenciario Provincial; escuelas de formación como la Escuela de Cadetes "Tte. Gral. Juan Domingo Perón" y la Escuela de Suboficiales y Agentes "Fray Mamerto Esquiú"; además de excombatientes de Malvinas, la Agrupación 7 de Abril, empresas de seguridad privada, la Pastoral Penitenciaria, capellanes policiales y la Banda de Música de la Policía de Catamarca.
Peregrinación jubilar
Tras el izamiento, los presentes participaron de la peregrinación correspondiente al Jubileo por los 2025 años del nacimiento de Jesucristo. La caminata concluyó en la Catedral Basílica, donde los efectivos atravesaron la Puerta Santa, gesto que permite —según la tradición católica— obtener la indulgencia plenaria durante el tiempo jubilar.
El recorrido simbolizó un acto de fe, gratitud y renovación espiritual para las fuerzas de seguridad, que cada año se suman a las actividades en honor a la Madre del Valle.
"Proteger y servir"
La celebración eucarística contó con la presencia de las banderas de ceremonia de las distintas instituciones: la Escuela de Cadetes, la Escuela de Suboficiales y Agentes, el Servicio Penitenciario Provincial y Gendarmería Nacional.
Durante la homilía, el diácono Sergio Colossimo destacó la importancia del rol de quienes integran las fuerzas de seguridad y los invitó a reconocer su labor como un servicio esencial al bien común. "Como miembros de las fuerzas de seguridad, tenemos la misión de proteger y servir a la sociedad, y en este jubileo la Iglesia nos recuerda que nuestra labor es un don precioso para la construcción del bien común", expresó.
Colossimo subrayó que la misión de las instituciones no se limita a la seguridad pública, sino que abarca múltiples dimensiones vinculadas a la defensa del país, la custodia de la legalidad, la lucha contra la criminalidad, la presencia en el sistema penitenciario, el apoyo en situaciones de catástrofe, el cuidado del ambiente y la asistencia a las personas más vulnerables. "Dios nos ha confiado la responsabilidad de cuidar la vida y la seguridad de los demás", remarcó el diácono.
Ofrendas y cierre de la ceremonia
Uno de los momentos más significativos de la misa fue la presentación de las ofrendas por parte de las distintas fuerzas. Reparticiones de la Policía de la Provincia —incluidos grupos especiales, áreas de inteligencia, monitoreo, protocolo, logística y comisarías de Capital e interior—, el Servicio Penitenciario Provincial, la Dirección de Bomberos, el Escuadrón 67 de Gendarmería Nacional y otras dependencias colaboraron con donaciones destinadas a acciones de caridad.
La ceremonia concluyó con una bendición especial a las fuerzas de seguridad y la interpretación de la "Oración del Policía", la "Súplica del Penitenciario a la Madre del Valle" y la oración de Gendarmería Nacional, que dieron un marco solemne al cierre de una jornada marcada por la fe, el reconocimiento institucional y el compromiso con el servicio público.