Más allá de las cifras, el aumento de casos y la preocupación por la ocupación de camas en los hospitales, hay historias que se esconden detrás del Covid y que al descrubrirla son las que nos devuelven la humanidad y nos conmueven hasta las lágrimas. Este es el caso de Paola, que lleva varios días ya aislada y como todos los que atraviesan esta situación impuesta por esta pandemia, ella trata de pasar las horas de la mejor manera posible. Hasta ahí puede pasar como la realidad de muchos pero hay alguien que hace la diferencia en esta historia.

Cada día y sin importar el calor, el cansancio, los años y muchas otras cosas, ella recibe la visita con distanciamiento, de su amado abuelo Domingo. El no llega con las manos vacías. Religiosamente él se aparece en la vereda de en frente de su casa, se apoya en el árbol con su bolsita en la mano, y espera el visto bueno para poder dejar los chocolates que son la perdición de su nieta.

“En el aislamiento, en esa pequeña bolsita trajo unos chocolates. Yo no elegí tener un abuelo así, tuve ese privilegio”, posteó Paola y obviamente los likes llegaron por montones. Algunos se lo quieren robar a Domingo, que tiene 80 jóvenes años pero no creemos que sea posible que se deje llevar.

Cuando una enfermedad se cruza en su tu vida y si para colmo de males, esta te aleja de tus seres queridos, no hay dudas que el mejor remedio va a ser justamente el amor de esas personas que tanto te conocen y te aman. Así que estamos seguros que la joven ahora aislada, va a superar este trance porque tiene sobre dosis de amor gracias al genio de su abuelo.

Una foto de los dos, previo al Covid.

Y por cierto, Diario La Unión espera la foto del reencuentro del abuelo Domingo y su nieta Paola.