La comunidad de La Angostura realizó su tradicional chaku y esquiló más de 250 vicuñas
Durante dos jornadas se llevó adelante el ancestral procedimiento de captura y esquila. El Ministerio de Desarrollo Productivo acompañó el proceso y destacó la importancia de fortalecer las prácticas productivas sustentables de las comunidades puneñas.

La comunidad originaria de La Angostura, ubicada en el departamento Belén, llevó adelante una nueva edición del chaku, el tradicional procedimiento ancestral de captura y esquila de vicuñas que se realiza en diversas zonas de la Puna argentina. Durante dos jornadas, integrantes de la comunidad, junto con esquiladores de distintos puntos de la región norte belicha, trabajaron en un operativo que permitió esquilar más de 250 ejemplares, manteniendo los protocolos de manejo sustentable que caracterizan a esta práctica.

El chaku es una técnica ancestral que las comunidades puneñas han mantenido viva durante siglos. Su objetivo es capturar vicuñas silvestres mediante un sistema de arreo y encierro que evita el estrés y el daño físico de los animales. Una vez esquilados, los ejemplares son liberados nuevamente en su entorno natural. Este método, además de preservar la especie, permite a las comunidades acceder a la valiosa fibra de vicuña, considerada una de las más finas y costosas del mundo.

La realización del chaku en La Angostura contó con el acompañamiento del Ministerio de Desarrollo Productivo, que brindó asistencia técnica y aportó insumos esenciales para el proceso, entre ellos tijeras de esquila y herramientas complementarias utilizadas durante la captura y manipulación de los animales. Desde la cartera provincial remarcaron que este apoyo se enmarca en una política sostenida de fortalecimiento de las actividades productivas tradicionales que desarrollan las comunidades de altura.

 

El ministro Leonardo Zeballos destacó la importancia del trabajo articulado con las comunidades puneñas y subrayó el compromiso del Gobierno provincial con el desarrollo local. "Buscamos siempre cumplir con nuestro firme compromiso de asistir y acompañar a nuestros comprovincianos que habitan lugares alejados y que llevan adelante particulares procesos de producción", expresó. A su vez, puso en valor el esfuerzo y la organización comunitaria que hacen posible que estas prácticas ancestrales se mantengan vigentes, combinando técnicas tradicionales con criterios contemporáneos de protección animal y manejo sostenible.

El proceso de esquila se llevó a cabo mediante procedimientos que priorizan el bienestar de los animales. Las vicuñas son guiadas hacia corrales especialmente preparados, donde un equipo capacitado realiza la esquila con técnicas no invasivas y asegurando que los ejemplares regresen a su hábitat sin lesiones. La fibra obtenida, ligera y extremadamente suave, constituye una fuente de ingreso clave para las economías locales, dado su alto valor en el mercado nacional e internacional.

En este sentido, el chaku no solo representa una práctica cultural profundamente arraigada, sino también una herramienta de desarrollo económico para las comunidades. La continuidad de estos procesos productivos permite sostener empleos, fortalecer la identidad territorial y promover actividades que generan ingresos sin poner en riesgo la conservación de la fauna autóctona.

Con más de 250 vicuñas esquiladas en esta edición, la comunidad de La Angostura reafirma su compromiso con la preservación ambiental y la transmisión intergeneracional de conocimientos tradicionales, consolidando al chaku como una pieza clave del patrimonio cultural y productivo de la Puna catamarqueña.