La "mamá langosta" que defendió a sus crías y atacó a un robot submarino del Conicet
En plena expedición científica internacional, una langosta patagónica protegió a ocho crías y embistió al robot explorador. El episodio, transmitido en vivo, desató una ola de comentarios en redes y fascinó a miles de espectadores.

A 1.883 metros de profundidad en el Mar Argentino, una escena inesperada interrumpió la rutina de la expedición científica "Talud Continental IV", organizada por el Schmidt Ocean Institute junto a investigadores del CONICET y otros centros nacionales.

Mientras el robot submarino ROV SuBastian exploraba formaciones rocosas frente a Mar del Plata, sus cámaras detectaron movimiento debajo de una piedra. Lo que parecía un hallazgo más se transformó en un momento viral: una langosta patagónica (Thymops birsteini) regresó rápidamente a su refugio para proteger a sus ocho crías de lo que interpretó como una amenaza.

La hembra se colocó frente a la cámara, empujó a las pequeñas hacia el interior de la roca y permaneció vigilante hasta que el robot comenzó a alejarse. Pero la tensión subió cuando los investigadores decidieron recolectar un caracol que reposaba sobre la misma roca. En ese instante, la "mamá langosta" embistió repetidas veces la base del robot, utilizando sus poderosas pinzas y removiendo el lecho marino para ahuyentar al intruso.

Las reacciones en la transmisión en vivo —que reunió hasta 70 mil espectadores simultáneos— no tardaron en llegar. "Mama pinzas defendiendo la vida. El mejor evento del año", comentó una espectadora. Otros bautizaron la escena como "El enfrentamiento del año: ROV contra Mamá Tenazas" o imaginaron remeras con la frase "Ya los rajé de acá".

Según explicaron los científicos, las langostas suelen desplazarse lentamente, pero son capaces de rápidas embestidas defensivas. Poseen dos grandes garras, cuatro pares de patas para caminar y un pleón o cola larga que les permite impulsarse. La hembra no sufrió daños y regresó a su roca, retomando el cuidado de sus crías.

El episodio, más allá de su costado anecdótico, dejó en evidencia el instinto protector de la fauna marina y ofreció a la audiencia global una ventana única al comportamiento de estas especies poco conocidas que habitan la plataforma continental argentina.