Un reciente estudio científico publicado en la revista PLUS ONE alertó sobre una conexión inesperada: el uso prolongado de teléfonos inteligentes en el baño aumenta en un 46% el riesgo de padecer hemorroides en comparación con quienes no lo hacen. La investigación, realizada por el Centro Médico Beth Israel Deaconess de Estados Unidos, analizó este hábito cada vez más extendido.
Según el informe, el 66% de los adultos encuestados admitió usar su celular en el baño. De este grupo, el 37.3% permanecía más de cinco minutos en el inodoro, un lapso significativamente mayor que el 7.1% de los no usuarios. Las actividades más comunes durante este tiempo eran la lectura de noticias (54.3%) y el uso de redes sociales (44.4%).
¿Cuál es el vínculo?
El estudio determinó que la principal causa de riesgo no es el esfuerzo al defecar, sino el tiempo prolongado que se pasa sentado. La postura en el inodoro, sin el soporte que brindan sillas o sillones, incrementa la presión sobre las venas de la zona anal, lo que favorece la aparición de hemorroides.
Los autores de la investigación sugieren que para prevenir esta afección, lo ideal es limitar la permanencia en el baño a un máximo de 10 minutos, o incluso a tres. "En cualquier caso, sugerimos dejar el teléfono fuera del baño", concluyó la experta Trisha Satya Pasricha.