Más luces y menos ruidos: el llamado a celebrar las fiestas con empatía e inclusión
En la antesala de las celebraciones de fin de año, vuelve a cobrar fuerza la campaña "Más luces, menos ruidos", que promueve festejos responsables y sin pirotecnia sonora para proteger a personas con discapacidad, adultos mayores, bebés y animales.

Con la llegada de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, se renueva en todo el país el llamado a la conciencia social a través de la campaña "Más luces, menos ruidos", una iniciativa que busca reducir el uso de pirotecnia sonora y fomentar festejos más empáticos, seguros e inclusivos. El mensaje apunta a generar un cambio cultural en la forma de celebrar, priorizando el bienestar de personas con discapacidad, adultos mayores, bebés y animales, que suelen ser los más afectados por los ruidos intensos.

Si bien el pedido se repite año tras año en esta época, desde distintos sectores insisten en la necesidad de reforzar la concientización. El objetivo no es prohibir la celebración, sino invitar a reflexionar sobre el impacto que el uso de pirotecnia sonora tiene en la salud y la calidad de vida de una parte significativa de la comunidad. La propuesta es clara: reemplazar el estruendo por luces, colores y formas alternativas de festejo que no generen daño ni sufrimiento.

Uno de los grupos más vulnerables frente al uso de pirotecnia sonora son las personas con trastornos del espectro autista (TEA). Los niños y niñas con esta condición presentan, en muchos casos, una marcada hipersensibilidad auditiva. Según especialistas, pueden percibir los sonidos hasta siete veces más intensos que el resto de las personas, lo que les provoca un dolor físico considerable y episodios de angustia extrema. Estas crisis suelen manifestarse a través de llanto inconsolable, gritos, desorientación e incluso conductas de autolesión, como golpes, en un intento por escapar del estímulo sonoro.

Además, el uso de pirotecnia sonora puede desencadenar consecuencias aún más graves en personas con determinadas condiciones de salud. En algunos casos, los ruidos intensos y repentinos pueden provocar convulsiones, especialmente en personas con epilepsia u otros síndromes neurológicos. Esta situación convierte a las fiestas en un momento de alto estrés y riesgo para muchas familias, que deben tomar medidas extremas para proteger a sus seres queridos.

Los efectos negativos del uso de pirotecnia no se limitan únicamente a las personas con discapacidad. Los adultos mayores y los bebés también resultan particularmente afectados por los ruidos fuertes, que pueden generar sobresaltos, alteraciones del sueño, cuadros de ansiedad y descompensaciones. En el caso de los animales, especialmente perros y gatos, la pirotecnia sonora suele provocar miedo intenso, temblores, taquicardia y conductas de huida. Cada año se registran numerosos casos de mascotas que se escapan de sus hogares desorientadas por el ruido, con el consiguiente riesgo de extravío o accidentes.

En este contexto, la campaña "Más luces, menos ruidos" propone poner en el centro de las celebraciones la empatía y el respeto por el otro. La consigna busca visibilizar realidades que muchas veces quedan fuera de la mirada general y promover un cambio de hábitos que permita que todas las familias puedan compartir las fiestas sin situaciones de angustia.

Las familias de niños, niñas y adultos con TEA expresan reiteradamente su deseo de no tener que pasar las fiestas encerradas, tapando oídos o intentando calmar crisis provocadas por los ruidos externos. Del mismo modo, los dueños de mascotas aspiran a no tener que salir a la calle en plena madrugada en busca de perros o gatos que escaparon aterrados por las explosiones.

En definitiva, el llamado es a celebrar con responsabilidad, entendiendo que pequeños gestos individuales pueden generar un impacto colectivo positivo. Elegir pirotecnia lumínica o directamente prescindir de ella es una forma concreta de construir celebraciones más inclusivas, donde la alegría no esté asociada al ruido, sino al encuentro, el cuidado y la convivencia.