Paro de UTA en Catamarca: este viernes el transporte funcionará con servicio reducido
Tras una jornada completa casi sin colectivos, la transferencia de fondos provinciales permitió resolvver parcialmente la medida de fuerza. Todas las empresas circularán aunque con horarios acotados. Mientras, persiste la incertidumbre por el pago del medio aguinaldo y el inminente aumento del boleto a $1.250, de particular impacto en los catamarqueños.

La crisis en el transporte público de pasajeros volvió a sentirse con fuerza en Catamarca, luego de que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) llevara adelante un paro total durante toda la jornada del jueves. La medida, que generó múltiples complicaciones para usuarios y trabajadores, tuvo lugar en medio de intensas negociaciones entre el Ministerio de Transporte de la provincia, el gremio y las empresas prestatarias del servicio. Sin embargo, hacia el final del día, el conflicto comenzó a mostrar señales de distensión.

Según confirmaron tanto fuentes oficiales como referentes sindicales a La Unión, la Provincia concretó este jueves la transferencia de los fondos correspondientes al subsidio destinado a las empresas. Ese movimiento financiero era el punto clave que la UTA esperaba para levantar gradualmente la medida de fuerza. Con ese dinero en camino a las cuentas de las patronales, el gremio resolvió permitir la reactivación del servicio a partir del viernes, aunque bajo un esquema de servicio reducido.

La decisión implica que todas las empresas volverán a las calles este viernes, pero con frecuencias limitadas, un formato que podría extenderse a lo largo de la mañana y parte de la tarde, hasta que los pagos comiencen a impactar directamente en los salarios de los choferes. Si bien se trata de un avance en la negociación, la situación seguirá siendo inestable desde el punto de vista operativo, ya que los pasajeros deberán adaptarse a las restricciones horarias hasta que el servicio recupere su total normalidad.

El gremio advirtió también que, pese a la transferencia realizada, aún no existe claridad respecto de si los fondos depositados incluyen las partidas necesarias para cubrir el pago del medio aguinaldo, cuyo vencimiento se aproxima en los próximos días. La incertidumbre sobre este punto genera preocupación entre los trabajadores, que ya manifestaron su estado de alerta ante la posibilidad de un nuevo incumplimiento salarial. En caso de no concretarse el depósito correspondiente, no se descarta la posibilidad de nuevos conflictos.

La situación del transporte público se ve atravesada, además, por otro factor que impactará directamente en los usuarios: el inminente aumento del boleto. Tal como adelantaron las autoridades provinciales, se estima que el nuevo cuadro tarifario comenzará a regir la próxima semana, llevando el valor del pasaje urbano a $1.250. Este incremento representa una nueva presión para los bolsillos de los pasajeros, que ya afrontan las dificultades derivadas de la inestabilidad del servicio.

Para los usuarios, la combinación de paros, servicios restringidos y aumentos tarifarios construye un escenario cada vez más complejo. La incertidumbre sobre los horarios, sumada a la dificultad para prever la frecuencia de los colectivos, obliga a muchos a reorganizar sus rutinas laborales, educativas y personales. Mientras tanto, desde el sector empresarial se insiste en que la ecuación de costos es crítica y que los subsidios resultan insuficientes para sostener el funcionamiento normal del sistema.

El conflicto de este jueves no es un episodio aislado, sino parte de una problemática recurrente que vuelve a exponer la fragilidad estructural del transporte público en la provincia. Las tensiones entre el Estado, las empresas y los trabajadores, combinadas con la dependencia de subsidios y la presión inflacionaria sobre los costos operativos, conforman un escenario donde las soluciones suelen ser temporales y los usuarios quedan en el centro de la vulnerabilidad.

Si bien el levantamiento parcial del paro permitirá una mejora respecto de la jornada anterior, la normalización completa del servicio dependerá de la efectiva acreditación de los fondos y del cumplimiento de los compromisos salariales hacia los choferes. Hasta entonces, Catamarca continuará transitando un esquema de servicio condicionado, marcado por la necesidad de garantizar derechos laborales y, al mismo tiempo, asegurar un transporte público accesible y funcional para toda la comunidad.