La 54° edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho concluyó este domingo 27 de julio tras diez intensos días de actividades culturales, artísticas y una imponente muestra artesanal que volvió a posicionarse como una de las más destacadas del país.
Este año, los ponchos y las prendas confeccionadas con fibra de vicuña se convirtieron en las grandes protagonistas. El público valoró no solo su belleza estética y capacidad de abrigo, sino también el proceso sustentable y ancestral del chaku, que permite capturar, esquilar y liberar a estos animales silvestres andinos. Cada pieza demanda un trabajo minucioso que incluye el descerdado, hilado y tejido artesanal, lo que las transforma en verdaderas joyas textiles.
También tuvieron gran aceptación los ponchos realizados con lana de llama, oveja y alpaca. Artesanos que participan cada año destacaron el interés creciente de los catamarqueños, quienes adquieren estas prendas no solo para su uso tradicional a caballo, sino como abrigo cotidiano.

Susana Bazán, artesana en fieltro con su emprendimiento "Warmi", expresó su satisfacción con la respuesta del público: "Este año fue muy positivo, vendí todas las copleras que hice. Lo interesante es que muchos se interesaron también por conocer cómo trabajo, sobre todo hombres y niños", relató.
Otro de los aspectos destacados fue el entusiasmo de los artesanos que participaron por primera vez. Algunos llegaron desde distintas provincias, enterados por recomendación de colegas. "Quedamos en lista de espera y cinco días antes nos confirmaron. No lo dudamos y vinimos. Ojalá podamos estar el año que viene", contaron.
Los artesanos locales también subrayaron la importancia de la feria más allá de las ventas, ya que representa una oportunidad para hacer contactos, encargos y nuevas alianzas de trabajo. Milena Palacio, de Valle Viejo, se mostró entusiasmada tras su primera participación con "Liberta", su emprendimiento de marroquinería: "Vendimos bien y también nos llevamos encargos. Nos sorprendió la aceptación".
Desde Entre Ríos, Brian Acevedo participó por primera vez con sus cuchillos artesanales y tuvo un balance más que positivo: "Vendí el 90% de lo que traje. Me voy feliz y con ganas de volver". Su amigo Roque, artesano de Concordia, también agotó en pocos días su producción de canastos de fibra vegetal.
Una vez más, la Fiesta del Poncho consolidó su carácter federal, su compromiso con el patrimonio cultural y la fuerza creativa de sus artesanos.