Autoridades del Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles, encabezadas por el Secretario de Proyectos y Planificación de Obras, Eduardo Adén Monferrán, junto a la Secreteria de Obras Públicas del Municipio de FME, Natasha Solá, y representantes de la Corporación Andina de Fomento, visitaron la obra de puesta en valor del Camino Real.
Durante el recorrido, se destacó el trabajo realizado en el trapiche azucarero, parte integral de la restauración, recuperación y realce de este camino histórico, que resguarda el inicio de la industria azucarera nacional. Este proyecto, financiado por la CAF (Corporación Andina de Fomento) del Banco de Desarrollo de América Latina, forma parte de una iniciativa global de revitalización del Camino Real.
Como parte de la restauración, se llevó a cabo la reconstrucción de la fachada, tarea realizada con gran dedicación debido al valor histórico del edificio.
El Camino Real, ubicado en Fray Mamerto Esquiu, alberga las ruinas del primer trapiche azucarero del país, construido en 1808, siendo considerado como el sitio de origen de la industria azucarera nacional.
Historia
La construcción del Trapiche se inició en 1808 por iniciativa de Don Antonio Molas del Viso, un español radicado en lo que años más tarde sería el departamento Fray Mamerto Esquiú.
Esta industria alcanzó plena producción en 1813, instalándose como la primera del país, ya por ese entonces el azúcar se importaba.
El Trapiche en su tiempo de esplendor producía azúcar y sus derivados como alfeñique, chancaca, melaza, para el consumo local.
Según cuenta la historia, el cura Padre Eusebio Colombres, al instalarse en la vecina provincia de Tucumán para ser Congresal de la elaboración de la Constitución Nacional de 1816, trasladó esta industria a ese lugar, generando allí el auge de la industria azucarera.
Años más tarde Molas del Viso fue ampliando su producción llevándola a diferentes puntos del país.
Con el paso del tiempo este punto de gran valor histórico, ya que se encuentra instalado en el antiguo Camino Real, principal vía de tránsito de la provincia y la región, fue quedando en el olvido. Durante la gestión de Ferreyra esta obra de recuperación fue impulsada con el permanente acompañamiento del Gobierno de la Provincia, llegando a acceder a financiamiento internacional para su ejecución.
La obra en sí incluyó la recuperación de la fachada del Trapiche, y su refuncionalización con la incorporación de espacios para el desarrollo de eventos culturales, locales comerciales destinados exclusivamente a la exposición y venta de artesanías y producciones locales. Además, incorpora una nueva Oficina de Turismo, dispuesta para relatar a los visitantes esta parte de la historia del origen de la industria azucarera de Catamarca al país, aún poco conocida.
