Es común observar que, cuando se encuentra una puerta cerrada, un gato se convierte en un pequeño detective, empujando, rascando y maullando en su intento por abrirla. Pero, ¿por qué parecen estar tan obsesionados con las puertas cerradas? La ciencia tiene algunas respuestas interesantes sobre este comportamiento tan peculiar.

Según un artículo publicado en la revista científica Live Science destacó que una de las causas que pueden afectar a los gatos cuando las puertas están cerradas es que no soportan estar en espacios reducidos sin la posibilidad de ir a otra habitación, debido a su identidad salvaje y doméstica.

Por qué a los gatos no les gustan las puertas cerradas

Los gatos, por naturaleza, son animales territoriales. Su instinto de explorar y controlar su entorno es uno de los factores que explican su aversión a las puertas cerradas. Los felinos disfrutan de monitorear todos los espacios de su territorio, y una puerta cerrada representa una barrera desconocida.

Un gato no puede ver ni controlar lo que está al otro lado, lo que genera ansiedad e incomodidad. Esta necesidad de estar al tanto de todo lo que sucede en su entorno puede hacer que se sientan frustrados cuando se encuentran con obstáculos imprevistos.

El dicho "la curiosidad mató al gato" tiene algo de verdad. Los felinos son animales extremadamente curiosos, y un área cerrada solo aumenta su deseo de investigar. Las puertas cerradas representan un misterio, algo que deben descubrir. Es como si el acto de cerrarla les incitara a querer saber qué ocurre detrás, ya que para un gato, cada rincón es un potencial lugar para explorar o conquistar.

Los gatos son criaturas de costumbres y se sienten más cómodos cuando pueden seguir una rutina estable. Cuando una puerta se cierra, esto interrumpe su sentido de previsibilidad. Para muchos gatos, el simple hecho de estar al otro lado de una puerta puede significar que algo ha cambiado en su entorno, lo cual puede ser estresante.

La puerta cerrada puede percibirse como una alteración de su espacio habitual, y los gatos, al igual que muchas mascotas, son sensibles a los cambios.

¿Qué sucede cuando logran abrir la puerta?

Cuando un gato finalmente logra abrir una puerta cerrada, puede sentirse como un pequeño triunfo. Al superar el obstáculo, el felino se siente más en control de su entorno. Sin embargo, esto no siempre es suficiente.

El proceso de rascado o empuje no solo tiene la finalidad de "abrir" la puerta, sino también de dejar su marca, otra acción territorial. Las glándulas ubicadas en sus patas dejan rastros olfativos, marcando su dominio en ese espacio.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros gatos?

Si bien el deseo de nuestros gatos por explorar y superar puertas cerradas es completamente natural, podemos ayudarles a reducir el estrés. Asegurarnos de que tengan acceso a suficiente espacio para explorar, estimulación y juegos durante el día puede minimizar su deseo de investigar puertas cerradas.

Además, proporcionarles áreas cómodas para descansar y disfrutar de su independencia puede reducir la ansiedad que algunos gatos sienten cuando están limitados a una habitación.