Desde hace tiempo, el agua con sal se ha convertido en uno de los remedios caseros más utilizados, brindando sorprendentes beneficios. Una de las formas de mayor impacto de uso radica en la salud bucal, aunque los expertos aseguran que es recomendable no hacerlo de manera seguida.
El uso de enjuagues de agua con sal para cuidar la salud bucal es bastante común y muy efectivo, sobre todo por sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Beneficios de enjuagarse la boca con agua y sal
En conclusión, enjuagarse la boca con agua y sal no es malo, pero no se debe hacer con frecuencia, ni adoptarlo como una práctica diaria por mucho tiempo, sino solo en casos especiales. Solo así, gozarás de los siguientes beneficios:
- Elimina las bacterias que se acumulan en la boca y, con ello, prevenir infecciones.
- Calma el dolor y disminuye la inflamación. Es ideal cuando la persona siente dolor en la garganta. De igual modo, si se tienen heridas en la boca, la sal con el agua puede ayudar a la cicatrización.
- Fortalece de los tejidos y el tener una buena salud en las encías.
- Previene enfermedades como la gingivitis, evitar la formación de la placa dental y eliminar el mal aliento.
- Promueve el equilibrio del pH bucal, lo cual es importante para erradicar las bacterias y lograr que el esmalte dental no se dañe.
- Las úlceras bucales también se pueden mejorar haciendo enjuagues de agua y sal.
- Previene la enfermedad periodontal y la aparición de caries.
Recomendaciones al utilizar agua con sal
Según la clínica dental Helident, Una ventaja significativa del enjuague agua con sal es su naturalidad y simplicidad, libre de los colorantes, conservantes y alcohol que suelen contener los productos comerciales. Al usarlo, debes seguir estos consejos:
- Evitar el exceso de sal y usar solo media cucharadita en un vaso con agua tibia.
- Realizar el enjuague en un lapso de 30 segundos
- El enjuague se debería hacer después del cepillado diario correcto.
- Además, esto se debe hacer solo una vez al día, no a diario.
- Es indispensable la visita al dentista, así como la higiene bucal diaria, es decir, que el enjuague de agua con sal no puede reemplazar el correcto cepillado de los dientes, las visitas al odontólogo ni el uso del hilo dental.