Por qué te sirven un vaso de soda cuando pedís un café: el motivo que pocos conocen
La práctica, habitual en bares y cafeterías de todo el país —incluida Catamarca—, no es un simple gesto de cortesía: cumple una función clave para potenciar el sabor del café.

En la mayoría de los cafés y restaurantes, cada vez que un cliente pide un café, el servicio llega acompañado de un pequeño vaso de soda. Aunque muchos lo interpretan como una cortesía, lo cierto es que esta costumbre responde a una razón técnica vinculada a la experiencia sensorial de la bebida.

La soda cumple un rol fundamental: preparar el paladar antes del primer sorbo, permitiendo que los aromas y sabores del café se perciban con mayor intensidad. El café es una infusión rica en matices, pero estos pueden verse alterados por alimentos consumidos previamente.

Las burbujas de la soda funcionan como un "reset" para la boca. Eliminan sabores residuales, refrescan las papilas gustativas y dejan una sensación neutral que favorece una degustación más precisa. A diferencia del agua común, la soda limpia con mayor eficacia y potencia la percepción del café.

¿Cómo y cuándo debe tomarse la soda?

Los baristas coinciden en que lo ideal es beber un pequeño sorbo antes del café. Esto acondiciona el paladar para recibir el primer sabor de la infusión de manera más pura.

Algunas personas prefieren reservar parte del vaso para después, especialmente cuando el café es intenso y buscan equilibrar el gusto antes de continuar una comida o pedir otra bebida.

Más allá de la costumbre, la soda no está allí por azar: forma parte de un ritual que mejora la experiencia del consumidor y que, pese a ser común en todo el país, muchos continúan desconociendo.