Fueron días intensos pero como siempre, los bomberos voluntarios de la provincia, dieron lo mejor para combatir una vez más un grave incendio en el país. Luego de una acción destacada en Corrientes, ahora los 22 catamarqueños que fueron convocados a Salta, lograron ayudar para controlar las llamas desatadas en la localidad de San Ramón de la Nueva Orán, y luego de cinco días volvieron a la provincia este martes.
"Ya estamos de vuelta después de haber cumplido los objetivos ordenados por el CUO, dejando el incendio controlado y a salvo el perímetro y la población de los pueblos originarios de Orán", adelantó Alfredo Gómez responsable del cuartel de Bomberos Voluntarios de Valle Viejo a La Unión.
El grupo estuvo conformado por bomberos y bomberas que partieron desde Santa María, San José, Belén, Pomán y Valle Viejo, salieron la semana pasada dejando familias y trabajos para dar cumplimiento a su vocación de servicio. El regreso fue en el mismo lugar desde donde partieron, porque así lo tienen establecido como tradición. En el Paseo de la Fe se despidieron y fue a los pies de la Virgen del Valle que volvieron para dar gracias por la protección recibida.
Experiencia y necesidades
Sobre lo vivido en estos días intensos, Gómez indicó que lo más complicado fue lograr controlar el incendio en la zona que se les encomendó, que fue en principio era en las afueras de Orán y luego en las cercanías de la reserva de la comunidad kolla Tinkunaku, donde la vegetación es típica de selva y hace más dificultoso el acceso. A pesar de esto y gracias a la experiencia que obtuvieron en Corrientes, sortearon esto logrando controlar las llamas y poner a salvo a la población que se estaba viendo afectada. Ellos mismos fueron quienes les indicaron que un siniestro de esta magnitud hace más de cincuenta años que no se veía.
"Fue un incendio muy difícil porque además del fuego, peleábamos con temperaturas de hasta 41º e internarse en la selva implicaba mucho esfuerzo. Desde el campamento base teníamos una hora y veinte de viaje en camioneta y desde allí eran tres horas y media caminando de ida hasta la cabecera del incendio y después, para regresar eran otras tres horas y media", describió el responsable del grupo en su intento por detallar el nivel de esfuerzo que realizaban a diario. A esto se debe sumar el peligro de la fauna del lugar, que va desde insectos como garrapatas y arañas ponzoñosas, pasando por las víboras de cascabel y hasta los pumas que espantados por las llamas, eran aún más peligrosos.
Ahora les toca hacer frente a lo cotidiano de la vida de un bombero voluntario, por cuanto deben reincorporarse a sus trabajos, que como indicó Alfredo Gómez, es el ingreso que tienen y, por lo tanto deben cuidar, dado que la vocación que tienen se sabe que es ad honorem.
En este punto, debe indicarse que aunque ellos siempre están dispuestos para socorrer a la comunidad, nunca tienen todos los elementos e implementos necesarios. Por caso apuntar que recién en los últimos días les llegó la ayuda económica del gobierno que correspondía a este año. "Imaginate que faltando un mes para que termine el 2022 recién nos llega $1.600.00 y nosotros para cambiar los neumáticos de la autobomba necesitamos $1.200.000. Así estamos y así de necesitados pero cuando nos llamen, nosotros vamos a estar", sentenció con dolor y resignación describiendo la realidad solo de un cuartel.
