Mientras el termómetro marca cifras bajo cero y el invierno se hace sentir con dureza, en la localidad de Palo Blanco emerge una historia de compromiso y empatía. Un grupo de jóvenes, sin recursos propios pero con una profunda vocación solidaria, decidió actuar ante la crítica situación que enfrentan los sectores más vulnerables del pueblo: adultos mayores que viven solos y familias sin acceso a calefacción.
Con temperaturas extremas que atraviesan paredes y amenazan el bienestar de quienes carecen de abrigo, la falta de leña seca se convirtió en un problema urgente. Frente a esa necesidad, un grupo de voluntarios organizó recorridas casa por casa para distribuir cargamentos de leña, con el único propósito de aliviar el sufrimiento ajeno.
"Lo hacemos porque no podemos mirar hacia otro lado", afirmaron algunos de los participantes en diálogo con Multimedios Abaucán. Los jóvenes eligieron mantenerse en el anonimato, asegurando que "lo importante es la ayuda, no los nombres".
La iniciativa contó con el respaldo logístico de la Delegación Municipal de Palo Blanco y la Municipalidad de Fiambalá, que colaboraron con el transporte de la leña para llegar a cada hogar necesitado. Sin embargo, preocupa la ausencia de asistencia por parte del gobierno provincial, a pesar del escenario de emergencia que se vive en la región.
Esta acción comunitaria es más que un gesto: es un llamado a la reflexión sobre la importancia de la solidaridad en tiempos difíciles. Mientras el invierno avanza, el ejemplo de Palo Blanco demuestra que aún en los momentos más fríos, el calor humano puede marcar la diferencia.
Fuente: El Abaucan Digital